Montse Romero, madrileña afincada en Mieres desde hace dos décadas, enarboló ayer una bandera en defensa de la sanidad pública, un cartel de su puño y letra con el que se sumó a la concentración convocada ante el Hospital Álvarez Buylla. La mujer considera «muy preocupante» el estado de la prestación sanitaria. Lo corrobora con su propia experiencia. Al fin el mes que viene podrá sentarse frente al oftalmólogo de la Seguridad Social, después de llevar un año esperando. «Eso, para un especialista; en atención primaria, si quieres una consulta presencial te dan cita para dentro de diez días y si es consulta telefónica tienes que esperar una semana», explica.
La concentración ante el hospital mierense centró ayer las denuncias de usuarios de la sanidad pública de toda Asturias. Alrededor de unas 300 personas se reunieron en la capital del Caudal para mostrar su malestar con la atención sanitaria. Usuarios llegados desde la Cuenca del Nalón, de Gijón, de Avilés o de Piloña, en su mayoría pensionistas, quisieron dejar patente que no están conformes y exigen mejoras.
Eliseo Noriega, secretario general de los pensionistas de Comisiones Obreras en el Caudal, ejerció de portavoz para denunciar el «deterioro» de la sanidad pública, «especialmente en los hospitales comarcales». Noriega aseguró que «con la centralidad en tres grandes hospitales, el HUCA en Oviedo, Cabueñes en Gijón y el San Agustín en Avilés, los hospitales comarcales están perdiendo servicios». Se refería el sindicalista a centros hospitalarios como el Álvarez Buylla de Mieres o el Hospital del Valle del Nalón, en Riaño, Langreo. Ese deterioro en los centros que no están en las grandes ciudades se ha visto incrementado en los últimos años, «desde la pandemia», dice Noriega.
Lo que han constatado los sindicatos y los usuarios es que «en la sanidad pública falta personal, especialmente en los centros periféricos». Escasean, dicen, «médicos en distintas especialidades, fisioterapeutas, expertos en salud mental y en geriatría».
Otra de las cuestiones que se denunciaron en la concentración de este miércoles es que «se está derivando a pacientes a centros privados, algo que no podemos aprobar porque se le está dando dinero público a hospitales que no dependen de las administraciones». «Debemos denunciarlo», insistió Eliseo Noriega.
En términos generales, en las centros periféricos de las comarcas mineras asturianas, la lista de espera para ser atendido por un especialista «es de siete meses como mínimo» y en el caso de las intervenciones quirúrgicas, «las esperas se prolongan durante al menos un año», aseguró el representante de los pensionistas de Comisiones Obreras en la comarca del Caudal.
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