Los diputados críticos de Vox, Idoia Ribas y Sergio Rodríguez, redoblan su presión sobre el sector afín a Santiago Abascal a través de un duro comunicado donde culpan a la actual cúpula que dirige el grupo parlamentario del fracaso del ‘pin parental’, tumbado por el PP en el Parlament. El escrito llega tan sólo dos días después de que la portavoz de los oficialistas, Manuela Cañadas, invitara a Ribas y Rodríguez a devolver el acta «por coherencia y honradez política». Un pulso entre ambos bandos que debilita la capacidad de influencia de los ultraderechistas y permite a los populares marcar la agenda política con mayor tranquilidad.
A través de su asociación independiente Avanza en Libertad, los críticos (donde también se suma Agustín Buades, que ya se ha dado de baja del partido) aseguran que los ciudadanos de Balears «comienzan a sufrir las primeras consecuencias de la ruptura del acuerdo PP-Vox». En este sentido, critican que la decisión «injustificada» impuesta por Santiago Abascal ha provocado el rechazo del ‘pin parental’, una medida que quedaba recogida en el pacto de gobernabilidad firmado con la presidenta del Govern, Marga Prohens.
«Ya advertimos que esta ruptura tendría consecuencias negativas. Apelamos una vez más a la responsabilidad de los líderes políticos de ambos partidos a fin de que se retome el diálogo, respetando el acuerdo de investidura», reza el escrito.
Asimismo, los diputados vuelve a incidir en que el motivo para romper el pacto en las islas no está justificado ya que la competencia respecto a los menores migrantes no acompañados «no incumbe al gobierno autonómico, sino a los consells insulares, donde Vox sigue formando parte del gobierno, concretamente en la isla de Mallorca».
Un mensaje contundente que la portavoz de Vox en el Parlament, Manuela Cañadas, afín a las directrices de Bambú, ni siquiera había leído, según aseguró ayer tras la junta de portavoces. «No lo he leído y no tengo ningún interés en hacerlo. Ya dije que no voy a dedicar un minuto en estos circos y que quién quiera enredar que enrede. He tenido que leer otras cosas más importantes», expresó Cañadas.
A pesar de las continuas provocaciones entre críticos y oficialistas, ninguno de ambos bandos quiere dar el paso de romper su relación. Rodríguez y Ribas no quieren salir del grupo porque no están dispuestos a quedar como los malos de la película mientras que los afines a Madrid no quieren echarlos porque le daría la posibilidad a Marga Prohens de contar con una mayoría absoluta alternativa, olvidándose definitivamente de las pretensiones de Vox.
«Falta de cordura»
El tercer diputado crítico, Agustín Buades, que hace un mes abandonó el grupo parlamentario, ayer se dio de baja del partido hasta que la dirección nacional «recupere la cordura». Una decisión que Buades toma después de que Madrid le haya abierto un expediente disciplinario. «Parece ser que la cúpula de Vox quiere expulsarme, así que donde no soy bien recibido no tengo por qué estar. Ya volveré a afiliarme si algún día la dirección nacional vuelve a recuperar la cordura», expresó el parlamentario.
Asimismo, Buades se volvió a mostrar muy crítico con las órdenes impuestas desde Bambú y con la actual dirección del grupo parlamentario en Balears. «Espero que algún día la dirección nacional se dé cuenta de que la falta de democracia interna es lo que está arruinando un proyecto que tanto nos ha costado a cientos de personas levantar», determinó. Por último, recalcó que a pesar de darse de baja, «confía en poder volver a afiliarse» en un futuro.
