«Maldita la hora en la que se ordenó el cruce del lago. A día de hoy estoy convencida de que la muerte de mi marido y de su compañero se podían haber evitado. Sin ninguna duda. Se debería haber paralizado el ejercicio si no contaban con los medios necesarios para que no ocurriera ninguna desgracia». Es la denuncia de María José, la viuda del cabo Miguel Ángel Jiménez, uno de los dos militares muertos en la base cordobesa de Cerro Muriano el pasado 21 de diciembre.

Fuente