«Estaba en una conferencia y escuché a alguien que decía que en la Edad Media la gente era impulsiva, que se comportaba como niños. En realidad lo que estaban haciendo era repetir una teoría de Norbert Elias que se había publicado en los años 40 pero que no se había traducido en Estados Unidos hasta los años 70. Según Elias, las emociones de la Edad Media eran tremendamente impulsivas, sin ningún tipo de control, y gradualmente, gracias a los Estados absolutistas, las emociones se volvieron controladas y civilizadas Cuando escuché eso…», comenta Barbara H. Rosenwein que, al recordar ese momento clave de su carrera, encoge los hombros y mira al techo con gesto de incredulidad y decepción.

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