Quién le iba a decir al Real Mallorca 2024/25 que, al paso por la jornada 7, ya tendría atados once puntos gracias a tres victorias, dos de ellas consecutivas y fuera de casa, dos empates y solo dos derrotas. Que lo habría hecho tras jugar ante equipos como Real Madrid, Real Sociedad, Villarreal o Betis y que, además, está despertando una gran ilusión entre el mallorquinismo.
Jagoba Arrasate, en sus primeros días como entrenador bermellón, aseguró que quería llegar a «emocionar» a la afición. Y lo está consiguiendo con partidos como el de este lunes en el Benito Villamarín. Fue un choque de alternativas, de un toma y daca prácticamente constante en el que cualquiera pudo haberse llevado la victoria.
Este Mallorca, y buena culpa tiene el de Berriatua, ha cambiado de mentalidad. Se está quitando el traje de víctima y está empezando a creer que puede ir a por los partidos, sea quien sea el equipo que esté delante. El choque ante los de Pellegrini fue la muestra de ello.
Visitar un campo que hacía doce años que no se conquistaba y salir al campo con personalidad no es algo que caracterizara últimamente a este Mallorca, incapaz y manso a domicilio. La reacción al gol de Lo Celso fue el mejor ejemplo. Sacar de centro, pase en largo y empate. A partir de ese momento, el partido fue una lucha continua por intentar llevarse al partido, asumiendo riesgos sin renunciar al segundo gol.
Los futbolistas empiezan a estar muy cómodos tanto con balón como sin. No hay problemas en replegar y juntar líneas si el guion de partido así lo exige, pero lo que más ha cambiado es lo que ocurre al recuperar la pelota. Si antes la primera consigna era alejar la pelota lo más rápido posible para evitar una pérdida, ahora hay un sentido en la siguiente jugada, intentando tratar con mimo la pelota.
En ese aspecto está sobresaliendo el centro del campo, especialmente con Omar Mascarell. El tinerfeño ha elevado mucho su nivel y ahora es imprescindible por delante de los centrales, siendo el primero en salir con el balón jugado y también ayudar a defender. Ante el Betis, quedó claro que su presencia libera a Samú y Darder, dejando a jugadores creativos poder imaginar más con el balón.
Y otro cambio en este Mallorca es la valentía a la hora de ir a por el partido. Con 1-1 en el marcador nadie habría pensado hasta hace poco que los cambios irían dirigidos a seguir amenazando en ataque. Y con un saque de esquina a favor, pudiendo perder tiempo, se optó por jugársela, llevándose el premio de la victoria.
Este nuevo Mallorca se está empezando a divertir y, con ello, a la afición. A falta de un once tipo, que parece imposible de descifrar con el gran número de rotaciones que realiza Arrasate –ya han tenido minutos 22 jugadores–, todos los futbolistas están enchufados.
El choque ante el Betis fue la prueba de que, a falta de pilares en el once, el resto de la plantilla es competitiva. Ni Muriqi ni Asano estaban en la lista, pero lo cierto es que el equipo no lo notó. Larin cuajó uno de sus mejores partidos con la camiseta bermellona y Dani se encargó de dejar claro que puede jugar en muchos sitios del campo.
En defensa el equipo sigue igual de compacto que cuando jugaba con cinco y los recambios están ofreciendo alternativas. La vida sonríe ahora al Mallorca, que quiere seguir alargando su buena dinámica a domicilio.
Ante el Athletic, el lunes 28
La Liga publicó ayer los horarios de la jornada 11. El Mallorca recibirá al Athletic Club el lunes 28 a las 21 horas en el que será la reedición de la pasada final de la Copa del Rey.
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