España acaba de aprobar su gran hoja de ruta para la transición energética y la lucha contra la crisis climática. El Consejo de Ministros ha aprobado este martes y ha remitido a Bruselas su última actualización del ya conocido Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). En este, el Gobierno se compromete a reducir un 32% las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990, a acelerar la descarbonización del sistema eléctrico y a producir un 81% de su energía a partir de fuentes renovables para 2030. Con la aplicación de estas medidas, España espera reducir a la mitad las muertes prematuras asociadas a la contaminación antes de que acabe esta década. 

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