Corría el año 2014 cuando un grupo de científicos escuchó por primera vez un enigmático sonido en las profundidades del océano Pacífico, cerca del archipiélago de las Marianas. Aquel ruido metálico, al que pusieron por nombre ‘Biotwang’, ha intrigado y desconcertado a la comunidad científica durante estos diez años. Aunque desde el principio se sospechó que el sonido era producido por ballenas, la falta de pruebas visuales imposibilitaba confirmarlo. Hasta ahora.
Un reciente estudio ha logrado finalmente resolver el misterio, confirmando que los ‘Biotwang’ son emitidos por las ballenas de Bryde, un cetáceo poco estudiado (existe discusión entre los científicos sobre si es una sola especie o varias) que habita en aguas tropicales y templadas cálidas de todo el mundo.
El estudio, publicado en la revista ‘Frontiers in Marine Science’, ha sido protagonizado por un equipo internacional de oceanógrafos y biólogos marinos, que combinaron datos acústicos y visuales para identificar la fuente del sonido. Además, utilizaron inteligencia artificial (IA) para rastrear los movimientos de las ballenas en el Pacífico, lo que ha abierto nuevas perspectivas para el estudio de estos animales y sus comportamientos.
El «Biotwang» fue grabado por primera vez en 2014 a través de dispositivos de monitoreo acústico autónomos desplegados en las Marianas. Durante años, el sonido fue registrado en múltiples ocasiones en diferentes puntos del Pacífico, lo que despertó la curiosidad de los científicos.
En 2016, un equipo de la Universidad Estatal de Oregón encontró indicios de que el origen de estas llamadas estaban vinculadas a algún tipo de ballena barbada, pero no pudo constatarlo.
Métodos innovadores
La clave para resolver este misterio ha sido una combinación de métodos innovadores. Los investigadores bajaron micrófonos al agua y lograron registrar los «Biotwang» mientras observaban a ballenas de Bryde. Las grabaciones coincidieron con avistamientos de al menos nueve ballenas, lo que permitió confirmar que ellas eran las responsables del misterioso sonido.
El siguiente paso en la investigación involucró a un equipo de Google, que colaboró con los científicos para desarrollar una aplicación de inteligencia artificial diseñada específicamente para identificar las vocalizaciones de las ballenas.
Esta herramienta no solo fue capaz de reconocer las llamadas de ocho especies de ballenas diferentes, incluida la ballena de Bryde, sino también de mapear sus movimientos a través del océano.
El uso de IA reveló datos clave sobre el comportamiento migratorio de las ballenas de Bryde, mostrando que estas ballenas no solo habitan cerca del archipiélago de las Marianas, sino que también se desplazan hacia otras regiones del Pacífico occidental.
La aplicación mostró que estos cetáceos pasan buena parte de su tiempo en la zona de transición del océano Pacífico, una región donde confluyen aguas cálidas y frías, generando abundante plancton, que les sirve de alimento.
Este descubrimiento sugiere que la migración de las ballenas de Bryde está relacionada con la disponibilidad de alimento en esta zona, lo que podría explicar parte de su comportamiento y la variabilidad estacional en la aparición de los ‘Biotwang’.
Los investigadores también detectaron una presencia constante de los ‘Biotwang’ en el archipiélago de las Marianas, y ocasionalmente en otros puntos como la isla Wake, las islas del noroeste de Hawái y la isla Howland, cerca del ecuador.
Compleja dinámica migratoria
Además, se identificó un patrón estacional en las llamadas, con un pequeño pico entre los meses de febrero y abril y un pico más significativo entre agosto y noviembre, lo que sugiere una compleja dinámica migratoria de las ballenas de Bryde vinculada a las condiciones oceanográficas cambiantes en la región.
Este descubrimiento no solo ha permitido resolver un enigma acústico que llevaba años desconcertando a los científicos, sino que también ha revelado información valiosa sobre la población de ballenas de Bryde en el Pacífico occidental. Se trata de una población pelágica, que pasa la mayor parte de su vida en mar abierto, lejos de las costas, lo que ha dificultado hasta ahora su estudio.
Los datos genéticos y morfológicos de las ballenas de Bryde sugieren la existencia de dos poblaciones diferenciadas en el Pacífico Norte occidental, separadas de las del resto del Pacífico, aunque su estructura y movimientos no se comprenden completamente.
La aplicación de inteligencia artificial desarrollada en colaboración con Google ha demostrado ser una herramienta poderosa para el monitoreo de las poblaciones de ballenas y sus movimientos.
Los resultados obtenidos podrían tener un impacto significativo en la conservación de estas ballenas, permitiendo a los científicos rastrear sus migraciones con mayor precisión y detectar posibles cambios en sus comportamientos migratorios relacionados con las fluctuaciones en el clima y las condiciones del océano.
Además, el estudio ha puesto de relieve la importancia de la colaboración entre la biología marina y las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, para abordar preguntas complejas sobre la biodiversidad marina y la conservación de especies amenazadas.
Este enfoque multidisciplinario podría ser clave para desentrañar otros misterios en el océano profundo, donde muchos comportamientos y especies aún permanecen poco o completamente desconocidos.
Informe de referencia: https://www.frontiersin.org/journals/marine-science/articles/10.3389/fmars.2024.1394695/full
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