Un ataque aéreo lanzado por Israel en Beirut el lunes por la noche tuvo como objetivo al comandante de Hezbolá Ali Karaki, lo que ha generado especulaciones sobre su posible muerte. Este hecho podría dejar al líder de la organización terrorista, Hassan Nasrallah, como la única figura de mando importante, ya que Israel ha eliminado a casi todos los principales líderes de Hezbolá en los últimos 11 meses.
Tras el ataque, Hezbolá emitió una declaración asegurando que Karaki estaba “bien y, si Dios quiere, en perfecto estado de salud y se ha trasladado a un lugar seguro”. La información fue compartida después de que fuentes de seguridad confirmaran que el ataque había tenido como objetivo a Karaki.
El Ejército de Defensa de Israel (FDI) señaló que próximamente ofrecerá más detalles sobre este “ataque selectivo”, que se trata del cuarto en Beirut desde que Hezbolá comenzó a atacar diariamente comunidades israelíes y posiciones militares en la frontera el pasado 8 de octubre, en apoyo a Hamás durante el conflicto en Gaza.
Por su parte, el medio saudí Al-Hadath informó que Karaki, junto con Talal Hamia, otro alto oficial de Hezbolá, había sido designado como reemplazo de Ibrahim Aqil, jefe de operaciones militares de la organización, quien murió en otro ataque israelí en Beirut el pasado viernes.
Karaki dirigía el denominado “Frente Sur” de Hezbolá, responsable de las operaciones militares del grupo en el sur del Líbano. También formaba parte del Consejo de la Yihad, el órgano militar más importante de la organización. Bajo su mando estaban Taleb Abdullah, líder de la división regional Nasr; Muhammad Nasser, comandante de la división regional Aziz; y Abu Ali Rida, jefe de la división regional Bader.
Ali Karaki, comandante de Hezbolá, objetivo de ataque aéreo israelí en Beirut
Un ataque aéreo israelí en Beirut el lunes por la noche tuvo como blanco al comandante de Hezbolá, Ali Karaki, aumentando las especulaciones sobre su posible muerte. Este ataque podría dejar a Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista, como la única figura clave, luego de que Israel eliminara a la mayoría de los principales líderes de la organización en los últimos 11 meses.
Hezbolá emitió un comunicado tras el ataque asegurando que Karaki estaba “en buen estado de salud y a salvo”. Fuentes de seguridad confirmaron que el ataque iba dirigido a Karaki, quien también es jefe del “Frente Sur” y miembro del Consejo de la Yihad, órgano militar principal de Hezbolá.
En incidentes anteriores, Taleb Abdullah y Muhammad Nasser, ambos subordinados de Karaki, murieron en ataques aéreos israelíes en Líbano, el 11 de junio y el 3 de julio, respectivamente. Además, Wissam al-Tawil, subcomandante de la fuerza élite Radwan, fue asesinado el 8 de enero en el sur del Líbano, en un ataque atribuido a Israel.
El ataque del pasado viernes en Beirut también acabó con la vida de Ahmed Wahbi, líder de la unidad de entrenamiento de Hezbolá y ex comandante de la Fuerza Radwan, junto a otros 10 altos mandos de dicha fuerza. Según el ejército israelí, estos comandantes habían estado preparando la infiltración de la Fuerza Radwan en territorio israelí durante años. El jefe de operaciones de Hezbolá, Ibrahim Aqil, también murió en ese ataque.
Tras el operativo, el presidente israelí Isaac Herzog señaló que los líderes de Hezbolá se reunían en Beirut para planear un ataque contra Israel, similar al devastador ataque de Hamás el 7 de octubre. Previamente, el 30 de julio, Israel eliminó a Fuad Shukr, principal comandante de Hezbolá y mano derecha de Nasrallah, a quien se le atribuía un ataque con cohetes en Majdal Shams que causó la muerte de 12 niños. Shukr, sancionado por EE. UU. en 2015, jugó un papel central en el atentado de 1983 contra el cuartel de los Marines estadounidenses en Beirut.
Hezbolá intensifica ataques con cohetes a Israel
El ataque aéreo israelí del lunes en Beirut se suma a un clima de alta tensión con Hezbolá, que ha lanzado casi 200 cohetes contra Israel, muchos de ellos dirigidos al norte del país y a asentamientos en Judea y Samaria, a más de 100 kilómetros de la frontera con Líbano. Este episodio ocurre tras una serie de asesinatos de líderes terroristas palestinos e iraníes en los últimos meses.
El 31 de julio, solo horas después del ataque a Fuad Shukr, uno de los principales comandantes de Hezbolá, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en Teherán en una casa de huéspedes, lo que provocó amenazas de represalia tanto por parte de Hamás como de Irán. Aunque Israel no ha reclamado la responsabilidad de la muerte de Haniyeh, las tensiones aumentaron tras el ataque. Anteriormente, Israel también había matado al jefe militar de Hamás, Muhammad Deif, en un ataque en Gaza el 13 de julio, y al subcomandante de Hamás, Saleh al-Arouri, el 2 de enero en Beirut.
La escalada de ataques entre Israel y Hezbolá se intensificó después del 8 de octubre, cuando el grupo terrorista respaldado por Irán comenzó a atacar comunidades israelíes en solidaridad con Hamás. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron con más de 300 ataques aéreos, principalmente en el sur del Líbano, centrados en viviendas y edificios civiles que Hezbolá utilizaba para almacenar armas, como cohetes y misiles. Las FDI advirtieron a los civiles que evacuaran las áreas antes de los ataques y anunciaron operaciones adicionales en el valle de Beqaa.
Según el Ministerio de Salud de Líbano, los ataques israelíes han causado la muerte de 356 personas, entre ellas 24 niños y 42 mujeres, y han dejado 1.246 heridos hasta el lunes. En Israel, 26 civiles han muerto desde el inicio de los ataques de Hezbolá, junto con 22 soldados y reservistas del ejército israelí.
Hezbolá ha informado que 506 de sus miembros han sido asesinados en los enfrentamientos, en su mayoría en Líbano, aunque algunos también murieron en Siria. Otros 80 combatientes de otros grupos terroristas, un soldado libanés y decenas de civiles también han fallecido durante los enfrentamientos en curso. Además, varios ataques desde Siria han sido registrados, sin que se hayan reportado heridos.