Preguntemos a quien preguntemos en el sector del automóvil en España, todos nos responderán que sí: el mercado nacional es uno de los más sensibles al precio de toda Europa. Una verdad como un templo. De ahí que sea uno de los de mayor competencia. Pero con el paso de los años el consumidor está dando un paso más: de focalizarse en el precio ha pasado a demandar interés también en el uso del vehículo. Y en ese escenario son pocas las marcas que han acertado.

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