Ni euforias ni exhibicionismo. Prudencia y humildad. Es la consigna que ha dado el president Salvador Illa tanto al Govern como al PSC para un mandato que quiere empezar con buen pie. Es consciente de que gobierna en minoría y que un acto de ostentación de poder, pese haber recuperado la Generalitat 14 años después, no conviene cuando la estabilidad depende de los pactos, en este caso, con ERC y los Comuns. Bien lo sabe el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que acusa en estos momentos la fragilidad de su aritmética en el Congreso por las zancadillas con las que amenaza Junts, pero también por las ampollas que levanta la financiación singular prometida a Catalunya.

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