A veces nos olvidamos, pero quitar el hielo del congelador es algo importante que, en algún momento, deberemos hacer. Sobre todo para cuidar nuestro frigorífico, pero también para que no se apelmacen el resto de productos que tengamos colocados en el cajón. Con lo que cuesta luego separarlos…

Sabemos que tenemos mil y una excusas para no ponernos manos a la obra. Casi nunca nos viene bien hacerlo porque nos lleva demasiado tiempo; no basta con apagar el frigorífico, sino que debemos estar en casa pendientes de él para volver a meter los alimentos al congelador lo antes posible para que no se estropeen.

Los expertos recomiendan hacer una limpieza regular del congelador para impedir que se forme una capa gruesa de hielo que luego nos costará mucho quitar después. Lo ideal sería hacerlo cada seis meses o si no cuando la capa de hielo supere el medio centímetro.

El papel de aluminio, la mejor solución para quitar el hielo del congelador

Un congelador sin hielo acumulado en las paredes es algo poco común. Cuando hay tanta escarcha que le quita el espacio a la comida, por lo que lo mejor es hacer una limpieza rápida para que el electrodoméstico siga funcionando sin problemas.

Los fabricantes recomiendan limpiarlos cada seis meses. Pero, dependiendo del nivel de acumulación, puede ser necesario hacerlo con más asiduidad, por ejemplo, cada vez que la capa de hielo supere el medio centímetro.

Así, y si quitar el hielo del congelador te supone un quebradero de cabeza, hay una solución sencilla, barata, rápida y eficaz para que hacerlo no te cueste nada. Además, tiene otras dos ventajas: no tendrás que apagar el frigorífico ni sacar los alimentos congelados. Si quieres puedes hacerlo, pero en principio no sería necesario.

Forra las paredes con aluminio y ayúdate de una cacerola con agua caliente

Para este truco, solamente es necesario forrar las paredes interiores del congelador con trozos grandes de papel de aluminio, de modo que quede todo el interior bien cubierto. Después, calienta agua en una cacerola lo suficientemente grande para abarcar un cajón del congelador.

Estos son los pasos que debes seguir:

  1. Preparación. Ten a mano un rollo de papel de aluminio, una cacerola con agua hirviendo y un recipiente grande para colocar el hielo que retirarás.
  2. Descongela el congelador por seguridad o apágalo desde el panel de control. Esto evitará que se enfríe mientras realizas el proceso de descongelación y que el agua que extraigas puedas estropear sus componentes.
  3. Forrar el congelador. Toma un trozo de papel de aluminio lo suficientemente grande como para cubrir la superficie afectada por el hielo. Colócalo sobre el hielo acumulado en el congelador con el lado brillante hacia arriba. El aluminio actuará como un conductor de calor.
  4. Calienta agua en una cacerola y métela en un cajón.
  5. Esperar y observar. Deja el papel de aluminio en su lugar durante aproximadamente 15 minutos. Durante este tiempo, el aluminio ayudará a transmitir el calor hacia el hielo, lo que lo hará más fácil de retirar.
  6. Limpia la superficie antes de encender el congelador.

Más allá del truco en sí, su eficacia radica en que el aluminio es un buen conductor del calor, lo que ayuda a distribuir la temperatura caliente del interior de la cacerola por todo el congelador, derritiendo rápidamente las placas de hielo.

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