Un analista financiero, asesorando a un cliente.

La inteligencia artificial (IA) se está introduciendo en una buena parte de la economía y, sin duda, de forma relevante en los servicios financieros. Este sector comparte con otras contadas actividades que los usuarios son prácticamente universales: casi todos los adultos personas físicas y todas las personas jurídicas requieren servicios de financiación, de intermediación y pagos, y de inversión. Este es el elemento que hace que la IA pueda jugar un papel fundamental relevante en este sector: hay que analizar, personalizar y finalmente suministrar servicios financieros de acuerdo con las características y necesidades de cada usuario. Para esta labor de individualizar el servicio con un volumen tan extenso y variado de clientes, la inteligencia artificial aparece como un instrumento de transformación simplificando o realizando tareas hasta ahora «humanas».

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