«A quienes sostienen que Ucrania debería aceptar las condiciones de paz de Putin, les sugeriría que examinen la posibilidad de ofrecer a Putin territorio de su propio país. Eso es lo que deben hacer. La paz sólo se puede lograr si Ucrania vence y se defiende su soberanía territorial, y eso sólo se conseguirá con nuestro apoyo durante mucho más tiempo». 

Este es uno de los últimos y más combativos discursos como eurodiputado en el Parlamento Europeo del veterano Andrius Kubelius (Vilnius, 67 años), de la familia del Partido Popular Europeo, al que Ursula von der Leyen acaba de nombrar como primer comisario de Defensa de la historia de la UE. Un nuevo cargo que la presidenta del Ejecutivo comunitario ha decidido crear en su segundo mandato después de que la guerra de Ucrania destapara las enormes carencias de la industria militar comunitaria

Kubilius fue una figura destacada en la lucha de Lituania por la independencia de la Unión Soviética en 1990. Físico de formación, su carrera política empieza como secretario ejecutivo del movimiento proindependencia Sajudis. Tampoco tuvo miedo de plantar cara a Moscú durante su etapa como primer ministro (en dos mandatos, entre 1999 y 2000 y entre 2008 y 2012). Y en su etapa en la Eurocámara desde 2019 se ha convertido en un ‘halcón’ que defiende mano dura sin concesiones frente al Kremlin: incluir el gas natural licuado ruso (que compra España) en la lista de sanciones o confiscar de manera definitiva los 210.000 millones de activos del Banco de Rusia congelados en Europa.

[Bruselas asigna apenas 1.500 millones a su primera Estrategia Industrial de Defensa]

Para Von der Leyen, la guerra de Ucrania «ha destruido muchas ilusiones en Europa: la ilusión de que la paz se había logrado de una vez por todas, la ilusión de que Europa estaba haciendo lo suficiente en materia de seguridad, ya sea desde el punto de vista «, dijo en un reciente discurso. Aunque ya desde su primer mandato había defendido una «Comisión geopolítica», la alemana ha convertido la seguridad en uno de los dos pilares (junto con la competitividad económica) de la legislatura 2024-2029. Una prioridad agravada por la posibilidad de que el aislacionismo de Donald Trump gane las elecciones en noviembre.

Sin embargo, Von der Leyen encomienda a Kubelius una misión prácticamente imposible. «No es un ministro de Defensa ni dirigirá ningún Ejército«, escribe Guntram Wolf, analista del think tank Bruegel. La defensa constituye uno de los últimos reductos de la soberanía nacional y la cooperación en este ámbito a escala europea es más la excepción que las reglas. Además, sus funciones se solapan en buena medida con las de la nueva Alta Representante de Asuntos Exteriores y de Seguridad Común, la estonia Kaja Kallas, que en la práctica será su jefa.

La presidenta de la Comisión admite que Defensa es una cartera «sensible», porque hay áreas que son «puramente competencia nacional». Al mismo tiempo, Kubilius dispondrá de márgen de maniobra en tres ámbitos en los que el Ejecutivo comunitario tiene competencias: I+D, movilidad militar e industria armamentística, según explican fuentes comunitarias.

El principal problema al que se enfrentará el lituano es el de la financiación. La propia Von der Leyen ha cifrado en alrededor de 500.000 millones de euros el coste extra de poner al día la industria militar europea. En sus primeras declaraciones públicas tras su nombramiento, Kubilius se ha declarado partidario de explorar la emisión de eurobonos para la defensa, una opción que rechazan de plano Alemania, Países Bajos y el resto de frugales. El nuevo comisario de Defensa plantea también eliminar las restricciones para que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) de Nadia Calviño pueda financiar a la industria militar.


Ursula von der Leyen ha recibido este miércoles por primera vez a su nuevo equipo de comisarios

Comisión Europea

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Kubilius –que habla de forma fluida inglés y ruso– está casado con Rasa Kubiliene, violinista en la Orquesta Sinfónica Nacional de Lituania. La pareja tiene dos hijos y tres nietos. Entre sus principales aficiones figuran la lectura y la bicicleta. De hecho, se encontraba haciendo ciclismo en el norte de Estonia cuando recibió la llamada de la primera ministra comunicándole su nombramiento como comisario. No se lo esperaba: el favorito era el actual ministro de Exteriores, Gabrielius Landsbergis, hijo de otro de los héroes de la independencia de Lituania, pero el presidente le vetó.

En la carta en la que define su mandato, Von der Leyen le ha encargado elaborar un Libro Blanco sobre el futuro de la defensa europea en los primeros cien días del mandato, cuya piedra angular debe ser el refuerzo de la asociación UE-OTAN. El nuevo comisario de Defensa tiene también como misión fomentar las compras conjuntas de material militar por parte de los Estados miembros, o poner en marcha proyectos de interés común europeo, empezando por un Escudo Aéreo Europeo y por la ciberdefensa.

«Nuestros trabajos en los próximos cinco años se centrarán en la construcción de una auténtica Unión Europea de Defensa», ha dicho la presidenta.

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