Más de media hora de conversación mantuvieron ayer el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en el encuentro institucional con el que el monarca dio inicio a una apretada agenda que lo traerá hoy a Las Palmas de Gran Canaria después de recibir en el Parlamento regional la Medalla de Oro de Canarias.
En el centro del encuentro en el hotel Mencey estuvo, como no podía ser de otra manera, la crisis migratoria y su gestión en las Islas: El rey, dijo Clavijo a la salida, tiene un conocimiento «profundísimo» de la situación de Canarias. El mandatario precisó que le ha explicado las acciones que se están llevando a cabo y la esperanza del Ejecutivo autónomo para que se llegue a un acuerdo que permita la modificación del artículo 35 de la ley de extranjería para el acogimiento solidario de los menores no acompañados entre las comunidades autónomas.
Clavijo destaca la vinculación de Felipe VI con Canarias desde muy joven y consideró que la Medalla de Oro que recibe hoy es un reconocimiento por ese vínculo e interés por las Islas.
Para la presidenta de la Cámara regional, Astrid Pérez, «la independencia y neutralidad de la Corona ha contribuido a la estabilidad de nuestra democracia y, diez años después del inicio del reinado de Felipe VI, estamos convencidos de que la monarquía sigue y seguirá prestando un servicio fundamental para nuestro país».
Según la normativa reguladora de la concesión de la Medalla, aprobada en 2006, esta distinción se crea «para reconocer a las personalidades o instituciones y colectivos que por haberse destacado en el servicio a este Parlamento o a la Comunidad Autónoma en general, se hacen acreedores de consideración honorífica».
Por la tarde el monarca viaja a Gran Canaria para reunirse con los presidentes de Italia y Portugal, Sergio Mattarella y Marcelo Rebelo, con quienes inauguran al día siguiente la cumbre europea de la Cotec.
