Imágenes de walkie-talkies que explotaron hoy, analizadas por Reuters, revelaron un panel interior con las inscripciones “ICOM” y “hecho en Japón”. Según la página oficial de ICOM, esta empresa japonesa se especializa en comunicaciones por radio y telefonía.

La compañía había cesado la producción de varios de sus modelos de radios portátiles, incluido el IC-V82, que guarda gran similitud con los dispositivos mostrados en las fotos tomadas en el Líbano este miércoles. Dicho modelo dejó de fabricarse en 2014. No se obtuvo una respuesta inmediata por parte de ICOM tras el intento de contacto de Reuters.

Las radios portátiles fueron adquiridas por Hezbolá hace unos cinco meses, coincidiendo con la compra de bíperes, según afirmó una fuente de seguridad. Ayer se produjo la explosión de miles de estos dispositivos. Un fabricante taiwanés negó haber producido dichos bíperes. Gold Apollo, la compañía taiwanesa en cuestión, señaló que los dispositivos habían sido fabricados bajo licencia por una empresa llamada BAC, cuya sede se encuentra en Budapest, la capital de Hungría. Sin embargo, el gobierno húngaro afirmó que los bíperes nunca estuvieron en su territorio.

Gold Apollo aclaró que el modelo de bíperes utilizado en el ataque a Hezbolá fue producido por BAC Consulting, con sede en Budapest. La empresa taiwanesa subrayó que solo había licenciado su marca y no participaba en la fabricación de los dispositivos. Reuters intentó ponerse en contacto con BAC el miércoles, pero no obtuvo respuesta.

Un portavoz del gobierno húngaro, Zoltan Kovacs, explicó a través de Facebook que las autoridades húngaras determinaron que BAC es una intermediaria comercial sin instalaciones de producción ni otras operaciones en Hungría. Añadió que la compañía tiene un jefe de operaciones en la dirección registrada, pero los dispositivos mencionados nunca estuvieron en Hungría.

Las autoridades de seguridad nacional de Hungría trabajarán con los servicios internacionales implicados en futuras investigaciones, según Kovacs, quien también destacó que el caso no representa una amenaza para la seguridad nacional del país. Hasta ahora, se ha acusado a Israel de las explosiones, aunque este no ha emitido comentarios al respecto.

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