Los jóvenes no valoran el trabajo de la misma manera en que lo hacen sus padres o abuelos. Mientras que los baby boomers ven normal haber pasado muchas más horas trabajando que descansando, las nuevas generaciones priorizan el tiempo en familia, con los amigos y la salud mental. En definitiva, prefieren tener menos dinero en el banco, pero disfrutar de la vida ser felices. Para la juventud triunfar no es llegar a ser jefe, sino lograr un equilibrio entre vida laboral y personal que les permita disfrutar de su tiempo libre.

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