Semana de crímenes machistas, de violadores en Francia, de agresores y proxenetas de menores que se van casi de rositas en Murcia y Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, presenta su proyecto: un centro de víctimas de violencia sexual para hombres.
Como dice la ministra de Igualdad, si quiere provocar un enfrentamiento entre víctimas no lo va a conseguir. A diferencia de lo que las mujeres han padecido por décadas, la negación y soledad para afrontar nuestra violencia sexual, no vamos a caer en eso con otras víctimas.
El problema es el momento, la forma y el histórico de Díaz Ayuso. Y la trampa es la carga ideológica de la medida. El momento, decirlo en el día en que ocurrieron dos crímenes machistas. La forma, cuando dice tener unos datos que no son oficiales, y pretende equiparar una violencia cultural y estructural hacia las mujeres con otra realidad que no tiene ese fondo estructural. El histórico es que habla la presidenta que incluso en pleno 8M y con más de 1.200 asesinadas, preguntó cuándo se celebraba el día del hombre. La misma que ni en redes pone un mensaje cuando las asesinadas son de su comunidad. Y la trampa es comprar el marco a la ultraderecha, reforzando teorías negacionistas de la violencia de género. Porque esta medida va de ideología y de batalla cultural.
¿Por qué? Los recursos públicos son limitados y se destinan en asuntos sociales a cuestiones que desvelan urgencia. Y esto va de ideología porque Ayuso habla, además, de que este centro atenderá a niños víctimas de violencia sexual (solo niños, a pesar de que las niñas son las más agredidas también). Pero es igual. No merece entrar entre víctimas en la batalla del y yo más, cuando el trauma se lleva a cuestas. El fondo es que, tras ese titular, hay humo, porque ya hay dos centros destinados a las víctimas, entre ellos a menores, como el centro Barnahus y el CIASI.
Solo quiero recordar la alerta que la ultraderecha hace de determinados temas, creando gastos extras en cuestiones que ya se atienden. Ninguna víctima está marginada. Y tampoco se pueden poner en el mismo lugar, porque las razones y origen de la violencia sexual es diferente en la infancia, en las mujeres y en los hombres.
Están empeñados en sobredimensionar una realidad que no existe con minimizar la que sí existe. La que se sobredimensiona ya nos ha dejado derrotas visibles. Como el teléfono de violencia intrafamiliar en la Junta de Andalucía, con una llamada al día y un 81% de derivaciones a servicios ya existentes.
La que minimizan son las cifras oficiales del Ministerio de Interior, un 87% de víctimas de violencia sexual son mujeres y un 13%, hombres. De hombres violados por otros hombres, muchos familiares y hasta los violados por miembros de la Iglesia católica.
700.000 euros que podrían ir para mejorar la atención de la sanidad para las víctimas, para los recortes en violencia de género o para reforzar servicios ya existentes en el CIASI, que tienen lista de espera. Más y mejor gestión y menos juego político con las víctimas.
Suscríbete para seguir leyendo
 <img){kind=link}