Un laborista que pide las recetas contra la inmigración irregular a una primera ministra ultraderechista. La insólita escena se ha producido este lunes durante la primera visita del nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, a Italia, en la que se ha reunido con Giorgia Meloni, su homóloga italiana.
“Italia ha logrado una drástica reducción de la inmigración ilegal y quiero entender cómo ha ocurrido”, ha dicho Starmer, al margen del encuentro. Es un encuentro “pragmático”, ha añadido Starmer. “Compartimos la intención de acabar con este vil negocios que empuja a la gente a través de las fronteras”, ha razonado.
Dicho y hecho, el político británico ha provocado la inmediata reacción de varios miembros de su propio partido. “Está buscando recibir lecciones de un Gobierno neofascista”, han denunciado algunos diputados de esa bancada.
Refugiados en Albania
Para más inri, a las declaraciones de Starmer, se han sumado también las del secretario de Exteriores, David Lammy. Este último, de hecho, dio a entender que Reino Unido estaría interesado en el polémico centro de identificación y expulsión de migrantes rescatados en el Mediterráneo que Meloni planea abrir en Albania.
En concreto, Lammy sugirió que el actual Gobierno británico está estudiando esta estrategia para “procesar las solicitudes de asilo”. Todo ello a pesar de que el proyecto acumula diversos meses de retrasos para su abertura y puesta en marcha, y ha sido criticado vehementemente por diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos, que denuncian que el plan viola el derecho internacional.
En la diana
Entre estas organizaciones se encuentra Human Right Watch, que ha dicho que no llevar los migrantes al puerto italiano más cercano “viola los derechos humanos del rescate en el mar y dinamita los derechos de asilo y libertad frente a la detención arbitraria”. Mientras que el propio Vaticano ha considerado que este acuerdo provocará “más sufrimiento”.
El inusual interés de Reino Unido en el caso italiano se produce en un momento en el que, además, altos cargos del Gobierno italiano enfrentan líos judiciales precisamente por su mano dura contra la inmigración irregular. Es el caso del líder de la Liga y ministro Matteo Salvini, actualmente acusado de abuso de poder y secuestro de personas por haber bloqueado a un barco cargado con migrantes de la ONG española Open Arms en 2019.