El secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Frank Kendall, ha designado las bases Whiteman, en Missouri, y Dyess, en Texas, como las ubicaciones segunda y tercera, respectivamente, para el nuevo bombardero furtivo B-21 Raider. Previamente, la Base de la Fuerza Aérea Ellsworth, situada en Dakota del Sur, había sido seleccionada como la primera en recibir esta aeronave estratégica.
El general Thomas Busseire, citado por el Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea (AFGSC), comentó: “Estamos alcanzando importantes hitos en la producción del B-21; mediante la ingeniería digital y el diseño de arquitectura abierta, obtenemos un elemento disuasorio estratégico ágil que puede ofrecer una respuesta decisiva cuando sea necesario”. El B-21 Raider fue descrito por el general como una “plataforma de ataque de largo alcance, penetrante, furtiva y con capacidad tanto nuclear como convencional, representando un salto generacional”.
El AFGSC también sigue “manteniendo y modernizando” los bombarderos B-2 Spirit y B-1 Lancer, con el objetivo de garantizar “opciones de ataque” hasta que el B-21 entre en servicio hacia “mediados de la década de 2020”. La Fuerza Aérea tiene previsto adquirir al menos 100 unidades del B-21, que actualmente se encuentra en fase de producción inicial de baja tasa y pruebas de vuelo.
Según lo informado por The Aviationist, se espera que los costes de los lotes futuros del B-21 se incrementen tras la negociación de un acuerdo entre Northrop Grumman y el gobierno estadounidense, estableciendo un precio “que no se podrá exceder” para 19 aviones adicionales.
Por otro lado, el bombardero B-2 Spirit, conocido como “Spirit of Pennsylvania” (número de serie 93-1087), despegó desde Palmdale con destino a la Base Aérea Edwards, en California, el 17 de julio de 2024, para participar en una nueva fase de actualizaciones y pruebas bajo el programa Spirit Realm 1.
Este programa busca integrar un sistema de misión abierta, así como nuevas mejoras en software, sensores y armamento, para potenciar su capacidad de combate y supervivencia. Curiosamente, este vuelo coincidió con el 35º aniversario del primer despegue de un B-2 desde Palmdale.
Whiteman será segunda base del B-21 tras evaluación estratégica y técnica
La Base de la Fuerza Aérea Whiteman ha sido seleccionada como la segunda base para albergar el B-21 Raider, después de un “proceso de evaluación exhaustivo”. Este proceso incluyó análisis operacionales, estudios del sitio y la consideración de factores como el impacto ambiental, económico y técnico, según informaron las autoridades de la base.
Uno de los factores clave que influyó en la selección fue la “experiencia de la Base de la Fuerza Aérea Whiteman con el bombardero furtivo B-2 Spirit y su ubicación estratégica”. La decisión de instalar allí el B-21 se basa en que esta nueva aeronave representa una “mejora significativa” respecto a la flota actual de bombarderos, siendo capaz de “penetrar espacios aéreos disputados a larga distancia y lanzar municiones tanto convencionales como nucleares”.
El 509th Bomb Wing de Whiteman tiene una “historia larga y célebre”, que se remonta a los últimos días de la Segunda Guerra Mundial cuando la unidad operaba bajo el nombre de 509th Composite Group. A lo largo de los años, este grupo ha sido un componente fundamental de la flota de bombarderos de la Fuerza Aérea estadounidense.
Ubicada estratégicamente en el centro del país, la Base de la Fuerza Aérea Whiteman ofrece fácil acceso a ambas costas y a las regiones centrales de Estados Unidos, lo que asegura “tiempos de respuesta rápidos y la capacidad de alcanzar objetivos globales”. Además, ya cuenta con la infraestructura necesaria para apoyar al B-21, incluidas instalaciones modernas y una fuerza laboral altamente calificada, lo que facilitará una transición “más fluida” y “eficiente” hacia la operación de estos nuevos bombarderos.
La base Ellsworth será unidad de entrenamiento del B-21 Raider
La revista Air and Space Forces Magazine informó que la base de la Fuerza Aérea Ellsworth, actualmente hogar del B-1B Lancer, fue designada como la primera base para recibir el B-21 Raider después de que se aprobara un informe de evaluación de impacto ambiental (EIA) en 2021. Además, Ellsworth está destinada a convertirse en la unidad de entrenamiento formal (FTU) del nuevo bombardero.
En 2019, las bases Ellsworth, Whiteman y Dyess ya habían sido anunciadas como las ubicaciones “preferidas” para albergar el B-21. Sin embargo, la Fuerza Aérea aún no ha proporcionado un cronograma específico sobre cuándo las bases realizarán la conversión de sus aviones actuales al B-21, según agregó Air and Space Forces Magazine.
Actualmente, de los 21 bombarderos B-2 Spirit que existen, la base de la Fuerza Aérea Whiteman aloja 19, ya que dos se perdieron en accidentes. De estos, 14 están disponibles para operaciones en cualquier momento. Los B-2 del 509th Bomb Wing, con base en Whiteman, se encuentran actualmente desplegados en la base de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF) en Amberley, como parte de su primer despliegue de la Fuerza de Tareas de Bombarderos (BTF) en Australia desde 2022.
Aunque la desinversión del B-1 Lancer comenzó en 2021, tanto este modelo como el B-2 Spirit se retirarán solo cuando el B-21 esté disponible en cantidades suficientes. Mientras tanto, el B-52 Stratofortress continuará en servicio como la plataforma principal de ataque convencional y nuclear.
El B-52 está recibiendo una serie de mejoras en motores, radar y aviónica que se espera extiendan su vida útil hasta la década de 2050, bajo la configuración denominada B-52J. Los 76 B-52 que existen están distribuidos entre las bases de la Fuerza Aérea Barksdale, en Luisiana, y Minot, en Dakota del Norte.
Whiteman sufrirá cambios con la llegada del B-21
Según una declaración de la Fuerza Aérea de EE. UU., citada por Air and Space Forces Magazine en mayo, la Base de la Fuerza Aérea Whiteman experimentará algunos efectos menores con la transición del B-2 al B-21 Raider. La base verá un incremento de 1.021 personas, pasando de 19.408 a 20.429, una vez que todo el personal de la misión del B-21 haya llegado y los integrantes de la misión del B-2 se hayan retirado.
Además, se prevé un aumento en el número de operaciones aéreas anuales, de 29.771 a 31.751, es decir, 1.980 operaciones adicionales. Este incremento requerirá la expansión de las instalaciones de alojamiento en la base.
Las operaciones en el aeródromo de la Base Whiteman subirán un 6,65% en comparación con los niveles actuales. Sin embargo, este aumento se considera pequeño, por lo que no se espera que impacte significativamente el uso del espacio aéreo ni la programación.
Para apoyar la misión del B-21, se construirá o ampliará un total de 16 nuevas instalaciones (cubriendo 600.000 pies cuadrados), se renovarán o repararán 26 instalaciones (1,7 millones de pies cuadrados) y se demolerán tres edificios (85.000 pies cuadrados).
Se estima que el 37% de los residentes de la base y áreas circundantes estarán expuestos a mayores niveles de ruido, principalmente generado por las aeronaves. No obstante, estos niveles no superarán los límites actuales establecidos.