Los lemas y los cánticos vuelven a las calles de Cataluña en un 11 de septiembre con el independentismo más fracturado que nunca. Las movilizaciones de este año se han repartido por las cuatro capitales catalanas para tratar de diluir la baja participación que se esperaba. Primera diada sin un presidente soberanista en la Generalitat y sin mayoría independentista en el Parlament desde hace más de una década. Año 2014, a dos meses de la consulta del 9N, los independentistas consiguieron congregar a casi dos millones de personas, y a partir de aquí el procés comenzó a desinflarse. Y salvo en el año 2020 en plena pandemia, este 2024 la Guardia Urbana cifra la afluencia más baja, tan solo 70.000 personas, un declive. Conscientes de ello, los partidos tratan de hacer ver que el movimiento no está enterrado.

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