El lituano Aidas J., de 50 años y conocido en medios policiales como «el gastrojeta», se las prometía felices esta mañana cuando ha pasado detenido a disposición del juzgado de guardia de Alicante y ha sido puesto en libertad y a disposición del juzgado de Instrucción número 1 para someterse a un juicio rápido por el último «simpa», donde también fingió una indisposición y se tiró al suelo. Mientras esperaba para dicha vista oral, la Policía Nacional le ha vuelto a colocar los grilletes tras acordar el juzgado de Instrucción número 5 de Alicante su ingreso en prisión para cumplir 42 días de reclusión por no haber pagado las multas de dos juicios anteriores por sendos delitos de hurto y estafa, cometidos en diciembre del pasado año.

Este el tercer ingreso en prisión del «gastrojeta», que acumula ya 20 detenciones desde el pasado noviembre, y esta mañana la Fiscalía ha solicitado en el juicio rápido celebrado en el juzgado de Instrucción número 1 que sea condenado a pagar una multa de 900 euros como autor de un delito leve de estafa y que indemnice al restaurante «El buen comer» con 34,85 euros, el importe de la cuenta que no quiso pagar el pasado martes en este establecimiento de la calle Mayor de Alicante.

El responsable del restaurante, Juan Carlos Gracia, ha comparecido en la vista oral para explicar el desarrollo del último «simpa» del «gastrojeta» y aunque ha resaltado que se siente perjudicado por la hora y media que tuvo paralizado el local por el espectáculo del comensal que nunca paga, la Fiscalía no ha solicitado que sea indemnizado por estos hechos.

«El gastrojeta», sin sonreír como suele hacer habitualmente, ha declarado asistido por una intérprete y tras ser preguntado si reconocía que se marchó del restaurante sin pagar ha señalado que «no lo recuerdo bien porque iba bebido». El responsable del restaurante ha señalado en la puerta del Palacio de Justicia que el varón lituano consumió tres whiskys, unos refrescos y una paella.

Aunque Aidas J. ha asegurado no recordar bien lo ocurrido en el local de la calle Mayor, sí ha reconocido al fiscal que no era la primera vez que lo hacía.

Además de la multa y de la indemnización de 34,85 euros al restaurante, el fiscal ha solicitado al magistrado que acuerde una orden de prohibición de acudir a este local durante un periodo de seis meses.

Se tiró al suelo

Una vez finalizado el juicio, el responsable del restaurante ha explicado que «el gastrojeta» intentó marcharse del local sin pagar pero le sorprendieron en la puerta y les dijo que no quería pagar, que se iba al hotel. Desde el local avisaron a la Policía Nacional y el comensal lituano «empezó a fingir que se encontraba mal y se tiró al suelo, donde estuvo casi una hora y media».

El responsable del restaurante estafado en la puerta del Palacio de Justicia de Alicante. RAFA ARJONES


El hostelero ha añadido que «he tenido el restaurante parado durante casi una hora y media y esto nadie lo paga«. A pesar de haber sido detenido veinte veces en menos de un año, la gran mayoría por «simpas» y también por algunos hurtos de ropa, el restaurador estafado no lo conocía y cuando entró a su local se comportó bien, aunque dice que sí parecía que había bebido alcohol.

Asimismo, aunque en el juicio ha declarado asistido por una intérprete, el hostelero ha asegurado que «habla y entiende todo y que la comida la pidió señalando con el dedo en la carta».

Por otro lado, el otro «simpa» por el que fue detenido el pasado 14 de septiembre ha quedado sin castigo penal porque en el juicio rápido celebrado la víctima no mantuvo la denuncia y el fiscal solicitó su absolución, como así acordó el juzgado. Se trataba de un «simpa» de 44,30 euros en un restaurante de la Explanada, el mismo donde ya comió gratis el pasado año, y la sentencia absolutoria dictada por el juzgado de Instrucción número 4 de Alicante se le ha entregado en mano al «gastrojeta» en los calabozos del Palacio de Justicia.

La magistrada del juzgado de Instrucción número 5 de Alicante ha aprovechado la comparecencia del «gastrojeta» en el Palacio de Justicia este jueves para notificarle la orden de ingreso en prisión durante 42 días por no abonar las multas impuestas en sendos juicios por el hurto de un abrigo de más de 200 euros en unos grandes almacenes y otro «simpa» de 59 euros en un restaurante de Alicante.