El embalse de Benagéber forma parte de una unidad paisajística de gran interés, tanto por las dimensiones que adquiere como por los valores que atesora esta obra hidráulica de los años treinta y cincuenta del siglo pasado.
La superficie ocupada por las aguas embalsadas por la presa de Benagéber asciende a 722 hectáreas, mientras que su capacidad total es de 221hm3. La presa, de planta recta, tiene una altura sobre el cauce de 90 metros y la longitud de coronación es 227 m.
Se trata de un territorio reconocido por varias figuras medioambientales de protección, como son los Lugares de Interés Comunitario (LIC) y la Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) del Alto Turia y de la Sierra del Negrete. La superficie forestal adquiere protagonismo. De hecho, los bosques ocupan unas tres cuartas partes del término de Benagéber, mientras que en las tierras de cultivo destacan los cereales (menos de 100 hectáreas) y el viñedo (unas 60 ha).
Embalse de Benagéber, a vista de pájaro. / Foto Ayuntamiento
Un entorno geográfico con escasa población
La presa se localiza en el término municipal de Benagéber, en un tramo del río Turia en donde confluye el arroyo del Regajo; en el sector occidental de la comarca de La Serranía. El pueblo de Benagéber se localiza a unos 7 km, al sur, por la CV-390. Se trata de un municipio condicionado por la despoblación, obligada por la construcción del propio pantano, de manera que en la actualidad apenas hay unos 170 habitantes. El pueblo de Tuéjar (1.170 vecinos) se halla a unos 15 km del embalse, en el norte, comunicados mediante la CV-390.
Sin embargo, el núcleo poblacional más próximo al embalse son Las Colonias. Se trata de un conjunto de residencias destinadas hoy al turismo, y cuyo origen se halla en la fase de construcción del pantano, pues se construyeron para viviendas de los trabajadores de entonces.
![Construcción del embalse de Benagéber en 1936.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/375affa6-9c8d-4304-9368-58a5e332a4b5_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Construcción del embalse de Benagéber en 1936. / Confederación Hidrográfica del Júcar.
Una construcción dilatada en el tiempo
En 1931 fue redactado el Proyecto del Pantano de Benagéber. Las obras comenzaron en 1934; tras la Guerra Civil Española pasó a denominarse Pantano de Blasco Ibáñez, que logró recuperar así su denominación primitiva. La finalización de las obras fue en el año 1954.
El pueblo de Benagéber fue inundado completamente, lo que dio lugar a un desplazamiento de sus vecinos a otros municipios. La mayoría fueron realojados en el nuevo emplazamiento de Benagéber, en el Llano de Nieva (a 775 metros de altitud), y en los núcleos de San Antonio de Benagéber y San Isidro de Benagéber. Para ello se recurrió a las pautas urbanísticas y al diseño arquitectónico de los poblados de nueva construcción del Instituto Nacional de Colonización (INC): trama urbana ortogonal, paisaje urbano homogéneo con viviendas de corte rural.
Además, otras edificaciones se vieron afectadas y sumergidas por el agua del embalse, como la antigua Fábrica de Luz, la Ermita de San Roque, el Molino y Corral del Regajo y las Casas y Corral de Cañizares.
Como resultado paisajístico el embalse tiene una forma alargada, por la topografía del entorno geográfico, además de estrellada, debido al gran número de barrancos que desembocan en él. El Arroyo Regajo se une al Turia por su margen derecha en la parte central del embalse, allí donde el vaso es más ancho. Por la parte meridional, por las laderas que provienen del Llano de la Muela, el Calderón, los Rebollares y los Aguachares, descienden varios barrancos, afluentes del Arroyo Regajo y del río Turia, que proporcionan una apariencia aserrada e irregular al embalse. Son los barrancos como el de la Muela, de San Sebastián, de la Paridera o el de la Zarza los que alcanzan el embalse por el sector meridional. Sin embargo, en la cola del embalse, en dirección norte, el embalse adquiere una forma alargada, que corresponde a un tramo de unos 10 km del río Turia.
![Barco solar.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/1e04a762-cec8-46cf-a511-5070780a5508_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Barco solar. / Foto Ayuntamiento
Un embalse con varias funciones, del regadío al turismo
La superficie regada, a partir del embalse de Benagéber, se incrementó sensiblemente: entre 25.000 y 30.000 hectáreas, dada la vinculación con el embalse de Loriguilla. Se beneficiaron los municipios de la comarca de La Serranía como del Camp de Túria: Losa del Obispo, Villar del Arzobispo, Casinos, Llíria, Marines, la Pobla de Vallbona, Olocau y Bétera. Para ello se construyó el Canal Principal del Camp de Llíria que discurre desde las inmediaciones del embalse de Loriguilla, aguas abajo del de Benagéber, hasta el término de Bétera.
La obra participa en el abastecimiento de agua a Valencia y su área metropolitana (220 Hm³/año). Y de la misma manera se utiliza para la producción de energía hidroeléctrica, pues sus dos turbinas permiten alcanzar una potencia de 19 MW.
El pantano de Benagéber sirve además para el desarrollo de actividades recreativas, como son la pesca, el baño y la navegación. Cuenta con un área de acampada en sus inmediaciones, y un embarcadero en la Fuente Muñoz, desde donde ofrece servicio un barco propulsado con energía solar, que recorre el embalse hasta el cañón del Turia, en la cabecera.
Dos senderos oficiales permiten visitar y disfrutar del entorno del embalse. Nos referimos al tramo del Gran Recorrido GR-7, que recorre el Este del término; y el PR-CV-41, entre Benagéber y La Juncanilla, que discurre por el sur del pantano, la margen derecha del mismo.
![Mapa de Benagéber.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/14966a5b-253e-4273-ba32-8abbe4264988_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Mapa de Benagéber. / L-EMV
La Reserva de la Biosfera del Alto Turia
El embalse de Benagéber se localiza en un escenario referente de la biodiversidad mediterránea como así lo reconoció la UNESCO en 2019, con la declaración de la Reserva de la Biosfera del Alto Turia, que incluye a los municipios de Casas Altas, Casas Bajas, Chelva, Santa Cruz de Moya, Aras de los Olmos, Titaguas, Tuéjar y Benagéber.
Los numerosos parajes, muchos de ellos vinculados con el agua, de destacados atractivos ecológicos y paisajísticos, han facilitado la afluencia de turistas atraídos por el patrimonio natural y cultural.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Paisajes Turísticos Valencianos (2016), de la AVT, dirigido por Jorge Hermosilla.
Los embalses en el ámbito territorial de la Confederación Hidrográfica del Júcar (2024), dirigida por Arancha Fidalgo y Jorge Hermosilla.
Atlas Temático de la Comunitat Valenciana (2022 y 2024), del Institut Cartogràfic Valencià, dirigido por Jorge Hermosilla.