El biólogo Russell Mittermeier introdujo a finales de los años 90 el concepto de “países megadiversos” para referirse a aquellas naciones que atesoran una excepcional biodiversidad y que las sitúa muy por encima de las demás en este aspecto. Acto seguido, la ONU hizo suyo este concepto y lo dotó de unos requisitos concretos que deben cumplir estos países para que la definición no quede en algo abstracto o genérico.
El Centro Mundial de Seguimiento de la Conservación (WCMC), dependiente del Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) designó un total de 17 países megadiversos, con el objetivo de crear conciencia social y promover estrategias concretas para la conservación de estos lugares.
Estos 17 países son: Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú, Venezuela, Estados Unidos, Madagascar, India, Indonesia, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, Australia, China, República Democrática del Congo y Sudáfrica.
Brasil, campeón de biodiversidad
Aunque es difícil establecer un ránking para determinar cuál es el orden de importancia de estos países entre sí, los expertos señalan a Brasil como el más biodiverso del planeta, ya que es el hogar de una cantidad excepcionalmente alta de primates, anfibios, plantas y mariposas. Se estima que entre el 15% y el 20% de todas las especies conocidas en el mundo se encuentran en este país, aparte de las muchas que hay pendientes aún de descubrir.
Paralelamente a este listado, en 2002 se formó en México una alianza privada, llamada de Grupo de Países Megadiversos Afines (LMMC), con los mismos objetivos y un listado de países también similar, pero con algunas diferencias, pues por ejemplo en este caso no figura Estados Unidos.
Para ser clasificado como país megadiverso, una nación debe cumplir criterios específicos definidos por el WCMC, entre ellos tener al menos 5.000 especies vegetales endémicas y contar con ecosistemas marinos dentro de sus fronteras. Estos países se caracterizan por la presencia de especies endémicas, es decir, organismos que viven exclusivamente en una zona geográfica restringida y que no se encuentran de forma natural en ningún otro lugar del mundo.
Además, estos países suelen tener características únicas, como posiciones geográficas predominantes en zonas tropicales que favorecen una mayor diversidad de especies. Otros factores son la diversidad de paisajes, el aislamiento geográfico que ha favorecido el desarrollo de una flora y fauna únicas, la extensión territorial que permite una mayor diversidad de hábitats y una historia evolutiva que ha producido una mezcla de fauna y flora con distintos orígenes.
El 70% de la biodiversidad mundial está en el 10% del planeta
En nuestro planeta, el 70% de toda la fauna y flora está concentrada en menos del 10% del territorio. Los 17 países del WCMC reúnen gran parte de ese 70% de biodiversidad y por ello se comprometen a cooperar en materia de conservación medioambiental a través de acciones concretas.
Uno de los propósitos de esta cooperación es que los beneficios de la conservación ambiental se reinviertan para el progreso y bienestar de las comunidades humanas locales.
También se trabaja en la armonización de las legislaciones nacionales, de modo que faciliten el acceso igualitario a los recursos naturales y al reparto de los beneficios, además de luchar contra las redes delictivas y compartiendo mecanismos de control.
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