El novio de Lorena Terrés, la última asesinada por violencia de género en Castellón, está detenido en una comisaría de Barcelona, donde confesó el crimen y se entregó el lunes por la tarde, unas 24 horas después de acabar a puñaladas con la vida de su pareja. Joaquín Félix Argilés, de 55 años, bombero de carrera de la Diputación de Castellón e hijo de un policía nacional jubilado, entró en las dependencias policiales y le dijo a un agente: «He matado a mi mujer». Acto seguido, proporcionó una dirección, dándose cuenta el policía de que era un domicilio de Castelló y alertando a agentes de la comisaría provincial de la calle Río Sella.
Como avanzó en exclusiva Mediterráneo, el cuerpo de la víctima —madre de dos hijos, siendo uno aún menor— fue hallado el lunes por la noche, poco antes de las 21.00 horas en la vivienda que compartían en el número 5 de la calle Peñagolosa, en el barrio de la Guinea. El autor confeso del crimen pasará este miércoles a disposición judicial en Barcelona, aunque el juzgado que lo reciba se inhibirá en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 de Castellón. El juez decretará su ingreso en prisión provisional, a la espera de ser juzgado por el crimen.
Aunque el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) informó ayer de que en la actualidad no existía ninguna medida de alejamiento activa –la última quedó cumplida el 5 de febrero de 2023–, eran múltiples los antecedentes del asesino confeso y también los precedentes en la vida de la mujer con respecto a otras parejas.
El detenido –además de tener antecedentes por tráfico de drogas– acumula tres sentencias por delitos de amenazas, malos tratos y quebrantamiento respecto a la propia Lorena, dictadas por el juzgado de Violencia sobre la Mujer de Castellón y un juzgado de lo Penal entre agosto del 2021 y marzo de 2022. La última de las sentencias, por delito de quebrantamiento, se dictó en marzo del 2022 y en ella se le impusieron a Joaquín Félix Argilés ocho meses de prisión, lo que motivó su ingreso en un centro penitenciario.
Tentativa de homicidio previa
Pero no era la primera vez que el autor confeso de este crimen estaba entre rejas. Si hay un hecho que llama especialmente la atención es el que se produjo en abril del 2021 entre la pareja en el mismo barrio de la Guinea. Según han confirmado fuentes cercanas a la investigación a este diario, el ahora detenido, presuntamente, le asestó una puñalada a su pareja. Fue detenido e ingresó en prisión provisional por tentativa de homicidio por orden del Juzgado de Instrucción número 4 de Castellón, como recogiera entonces este diario. Lo que hasta este momento no había trascendido es que el caso se archivó posteriormente al declarar la víctima en sede judicial que la puñalada se la había hecho ella sola.
Las mismas fuentes señalan, con pesar, que, además de desdecirse para exculpar a Argilés, la fallecida y su verdugo quebrantaban sistemáticamente el alejamiento.
La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, pidió ayer «unidad» y «consenso absoluto» y condenó los «discursos que balanizan esta lacra». «En este caso, tenemos que evaluar por qué desapareció esa protección», incidió.
La autopsia
Lorena murió, según el informe preliminar de la autopsia, el pasado domingo. Justamente, el día en que los vecinos de la calle Peñagolosa habían asegurado oír una fuerte discusión entre ellos. Según ha podido saber este diario, la muerte de Lorena se produjo a consecuencia de las heridas de un arma blanca no encontrada.
Otro novio asesinó a su padrastro
Sobrecogedora y de lo más trágica es la historia que hay detrás del último crimen de Castelló. La última víctima de la violencia machista ya fue objetivo de otro crimen en el 2018, del que se salvó gracias a haber ingresado en esos momentos en un centro de protección 24 horas. No tuvo tanta suerte, sin embargo, su padrastro, Casimiro Díaz –a quien ella consideraba su padre, por quien sentía devoción y conocido en el Grau con el apodo de Boni –.
El hombre, de 70 años, se enfrentó de forma heroica a un novio anterior de su hijastra –Antonio Juan Tellado– cuando el hombre se presentó en el domicilio de sus exsuegros buscándola. Al no encontrarla, el maltratador intentó agredir sexualmente a la hija de Lorena como venganza por haberlo denunciado por violencia de género. Al ver el abuelo de la joven que Tellado le quitaba la ropa y amenazaba con violarla, se enfrentó a él. El agresor –quien ha estado más tiempo de su vida en prisión que fuera y ya había cumplido condena por otro homicidio en una discoteca del polígono de los Cipresesde la capital– retuvo a sus exsuegros y a la hija de su expareja. Cuando Casimiro se interpuso para defenderla, le asestó hasta 28 puñaladas.
«Fue una película de terror»
En palabras del fiscal del caso, lo que ocurrió en el domicilio familiar situado detrás de los antiguos talleres del puerto fue «una película de terror», como así lo tildó en una de las sesiones del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Castellón.
Tellado pudo ser detenido gracias a la rapidísima intervención de la Policía Local y la Policía Nacional de Castellón y fue condenado a 40 años de prisión por asesinato, agresión sexual y lesiones.
Estando a la espera de juicio por la muerte de Boni, se sentó en el banquillo para ser juzgado por otro episodio contra la misma Lorena, a quien apaleó en su casa, encerró bajo llave durante varios días, retiró el teléfono móvil para que no pudiera pedir ayuda y realizó todo tipo de vejaciones. Tellado fue sentenciado por este caso a 23 años más de cárcel.
Las palabras de la propia Lorena
Tras la condena por el asesinato del Grau y en una conversación mantenido con este diario, la ahora fallecía expresaba su impotencia: «La muerte de mi padre le va a salir muy barata a su asesino». «Ya tiene una condena de 22 años y ocho meses por secuestrarme a mí, violarme, golpearme y amenazarme de muerte. Según está actualmente el Código Penal en España, solo puede cumplir un máximo de 25, le condenen a lo que le condenen; por lo que este crimen le sale solo por otros dos años de cárcel. Es muy injusto», reflexionaba entonces Lorena.
Sin embargo, la violencia de género fue siempre una constante en la vida de la mujer, que llegó a denunciar hasta a cuatro exparejas –entre las que se encontraban el verdugo de su padrastro primero y su propio verdugo y actual pareja, después–.