El alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, se ha fijado como una de las prioridades del curso político que ahora se inicia la concreción de un ‘Pacto de Infraestructuras’ que Gandia y la Safor necesitan para no estrangular su desarrollo económico y social. En ese pacto, pendiente desde hace tiempo, entran, fundamentalmente, las dos administraciones que tienen gran capacidad inversora.Por una parte el Gobierno de España y, por otra, la Generalitat.
Así, a preguntas de este periódico sobre las últimas y contradictorias informaciones respecto a la futura construcción del tranvía Gandia-Dénia y del Tren de la Costa, Prieto respondió que en un lugar destacado de su agenda figura cerrar de una vez por todas ese buscado y esperado ‘Pacto de Infraestructuras’, que determine las obras que deben ejecutarse en los próximos años y, sobre todo, el calendario previsto para hacerlas realidad.
La primera autoridad considera que algunas de las declaraciones sobre el Tren de la Costa y el tranvía que se han escuchado este verano por parte de políticos constituyen «ruido» y que su misión es «apelar al consenso» para conseguir el objetivo deseado.
En ese sentido, y a la vista de que tras la crisis en el Consell de la Generalitat por la ruptura entre el PP y Vox, el presidente Carlos Mazón ha nombrado a Vicente Martínez Mus como nuevo conseller de Infraestructuras, el alcalde ya se ha afanado a solicitar una reunión que permita poner sobre la mesa el actual estado de esos proyectos.
La situación que quedó clara la pasada primavera, antes de que Salomé Pradas dejara la Conselleria de Infraestructuras, es que los dos actores, Consell de la Generalitat y Ministerio de Transportes, estaban dispuestos a sentarse en una mesa con un propósito que es el fundamental: Determinar si hay Tren de la Costa y tranvía, dos actuaciones que discurrirían en paralelo en una misma franja de terreno, o si, por el contrario, se establece un acuerdo para construir una única infraestructura ferroviaria, que el ministro Oscar Puente denominó ‘tren-tram’. Esta última es la solución más lógica y así lo han señalado altos cargos del Consell y del ministerio.
Consciente de las complejidades que presenta este proyecto, y también ejerciendo el liderazgo que Prieto asumió reuniéndose con algunos de los alcaldes de la Safor y la Marina Alta, la primera autoridad municipal aseguró ayer que el secretario de Estado de Infraestructuras, José Antonio Santano, «está dispuesto a venir a Gandia e iniciar la negociación con la Generalitat», de lo que se desprende que solo falta que la Administración autonómica asuma su papel y haga lo mismo.
En el ‘Pacto de Infraestructuras’ también entrarán otros proyectos, como las carreteras de acceso a Gandia, dependientes del Ministerio de Transportes, y la prolongación de la CV-60, con su conexión a la AP-7 entre Rafelcofer y la Font d’en Carròs, que es competencia de la Generalitat.
En este inicio del curso político, el alcalde gandiense, que compareció junto a la primera y segunda tenientes de alcalde, Alícia Izquierdo y Balbina Sendra, respectivamente, relató una larga lista de prioridades en su gestión, incluyendo una modificación de la ordenanza de convivencia que endurecerá las multas para quienes siguen dejando trastos en la calle, y que incorporará nuevos aspectos de fomento del civismo en la ciudad.
Prieto aseguró que este curso político «contará con más inversiones destinadas a generar oportunidades que permitirán a Gandia consolidarse como capital de las Comarcas Centrales y uno de los motores de la Comunitat Valenciana» gracias a lo que ha calificado como la «tercera gran transformación de Gandia».
Concretando algunas de las actuaciones que se acabarán en lo que queda de 2024 o a principios de 2025 la primera autoridad local citó, como la más importante, las obras en el gran polígono de Sanxo Llop, llamado a ser un espacio generador de economía y puestos de trabajo, pero también la rehabilitación del Mercat de Prado, la humanización de las calles y plazas situadas en el entorno del ayuntamiento, el depósito de tormentas del Clot de la Mota, en la playa, y la plaza l’Aigua que se habilitará en su superficie.