Guerra abierta entre Italia y Ryanair. La Autoridad de Competencia y Mercado transalpina, conocida en el país como Antitrust, ha anunciado la abertura de una investigación sobre la aerolínea por “posible abuso de una posición dominante de naturaleza excluyente”, por su oferta de servicios turísticos desligados del transporte aéreo (como el alquiler de vehículos o la reserva de hoteles). Ryanair, que en los últimos meses ha mantenido diversos incendiarios desencuentros con las autoridades italianas, es actualmente el principal operador en el transporte aéreo de pasajeros en vuelos nacionales y desde y hacia el país.
Con este preámbulo, el organismo italiano ha resaltado que su decisión se debe a “varias denuncias” recibidas desde el pasado mes de mayo, y que su preocupación es que dichas ofertas estén dañando tanto a los consumidores como a las agencias de viajes. En concreto, según se detalló, la sospecha es que Ryanair haya creado “condiciones desfavorables en términos cuantitativos y cualitativos”, así como «dificultades injustificadas» en la gestión de las reservas, dijo el Antitrust.
“En particular, por un lado, Ryanair parece estar obstaculizando la compra de billetes aéreos directamente desde su sitio web por parte de las agencias”, ha continuado el organismo. “Por otro lado, estaría permitiendo que las agencias tradicionales compren los mismos billetes a través de la plataforma GDS (Sistema de Distribución Global) en condiciones que serían considerablemente desfavorables en términos de precio, amplitud de oferta y gestión postventa del billete”, ha detallado.
La disputa con Meloni
El organismo italiano, no ajeno a grandes enfrentamientos con grandes multinacionales extrajeras, ha intervenido así contra una aerolínea que últimamente parece haber entrado en la mira de las autoridades italianas. De hecho, después de que este verano el coste de los vuelos subiera significativamente, el Gobierno de Giorgia Meloni propuso prohibir que los algoritmos de Ryanair aumenten los precios de las rutas nacionales hacia y desde las Cerdeña y Sicilia durante los periodos de máxima demanda, si el precio del billete es un 200% superior a la tarifa media del vuelo.
Una iniciativa que enfureció enormemente al empresario irlandés Michael O’Leary, presidente y consejero delegado de la compañía de bajo coste desde 1994. “El decreto de vuelos caros es ilegal, idiota y estúpido”, llegó a decir O’Leary. Y, a continuación, Ryanair amenazó con cancelar diversos vuelos de las rutas más concurridas del país.
Sin embargo, tras semanas de discusiones, la pugna ha terminado, por el momento, en un 1-0 a favor de Ryanair. El Gobierno de Meloni, de hecho, presentó días atrás algunas enmiendas a su decreto que cancelaría partes substanciales de la ley inicialmente propuesta y ha dispuesto que, en cualquier caso, la nueva propuesta sea discutida en la Comisión de Industria del Senado italiano antes de su conversión en ley.
Más peleas
La compañía no es ajena a la controversia también en Italia. Un ejemplo: en 2019, su decisión de negarle el embarque a una adolescente italiana que venía de una sesión de quimioterapia por llegar «unos minutos tarde”, suscitó grandes críticas en el país, así como ríos de tinta en la prensa italiana.
“Intentamos explicar nuestras dificultades ligadas a la presencia de una adolescente necesitada de cuidados, les dijimos incluso que renunciábamos a la asistencia en el embarque”, fue el relato de la familia afectada en aquella ocasión. “Sin embargo, una señora nos dijo que no podía hacer nada”, añadieron.