Cuando el mejor de tu equipo es el portero es que lo demás no ha funcionado o ha funcionado por debajo de lo esperado. Así se resume el partido del Mallorca contra el Sevilla en Son Moix. Un empate a cero que pudo ser un empate a cuatro de no ser por la mala puntería de unos y la gran actuación del portero contra los otros.
Leo Román demostró que en la portería del Mallorca hay un disco con doble cara A (disco de vinilo, claro). Por lo demás: siguen los problemas con el gol (1 en 3 partidos), siguen los problemas de creación (Morlanes estuvo muy solo) y siguen los problemas por las bandas porque a Arrasate no le han llegado los extremos que reclama su sistema de juego.
Por lo tanto, todo queda en manos (o pies) de intentarlo por las bravas como sucedió desde el cambio de click en el minuto 63 cuando Nylan le para un mano a mano a Muriqi. A partir de ahí el propio kosovar, Samú Costa de cabeza solo y sin portero, Asano y Mascarell desde lejos y un intento de Mojica no tuvieron premio porque jugar a las bravas no siempre da resultado.
Le ponen todo lo que tienen y no es suficiente. No nos rasguemos las vestiduras, esto acaba de empezar e irá ‘in crescendo’, supongo. ¿El Sevilla? Pasó por Son Moix y poco más. El próximo reto será en el campo del Leganés.
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