Cada competición en la que está tomando parte este verano Pablo Herrera acaba convirtiéndose en una muestra de superación y ganas de más. Cualquiera diría que el jugador grauero, de 42 años, y su inseparable Adrián Gavira, van a dejar de competir juntos tras 16 temporadas consecutivas como pareja en la arena. Pero Herrera anunció su retirada a la conclusión de esta campaña y la cuenta atrás se inició en París semanas atrás.
La dupla nacional logró un meritorio diploma olímpico en estos últimos Juegos en la capital parisina (los sextos consecutivos para Hererra) y, por si su actuación en la cita olímpica no fuera suficiente y no hiciera vibrar a todos, este domingo Herrera-Gavira quisieron despedirse del Circuito Mundial de vóley playa con una medalla.
No pudo ser de oro porque en la final del torneo Elite 16 de Hamburgo en Alemania se toparon, una vez más, con los noruegos Mol-Sorum, los mismos que les privaron de jugar las semis en París. Pero fue una plata que tiene un valor incalculable para los españoles, quienes quisieron dedicarles su último torneo a su entrenador, Fran Marco, y a sus familias, los grandes apoyos de todo deportista.
El cariño de todos
En la arena de Hamburgo hubo lágrimas de felicidad. Lágrimas por ver cómo la pareja más laureada del vóley playa español se despedía a nivel internacional y lo hacía subiendo al podio. Ovación por parte de los asistentes y también del resto de parejas, que a buen seguro echarán de menos a la dupla formada por el jugador castellonense y el sanroqueño, que ha recibido el cariño de todas los deportistas del Circuito Mundial durante todo este último año de carrera profesional para Herrera.
El choque del encuentro en el que se jugaban el oro, tras un tramo final de torneo brillante en cuartos y semifinales, no fue como quizás se habrían imaginado los españoles antes de saltar a la pista central, pero Herrera-Gavira trataron de hacerlo lo mejor posible ante los noruegos, que acabaron imponiéndose por un marcador de 0-2 (15-21 y 11-21). Un resultado brillante para su carrera y para poner el broche a una trayectoria.