El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), Andrew Bailey, ha asegurado este viernes, durante su intervención en la reunión de Jackson Hole, que la política monetaria del país «debe seguir siendo restrictiva» mientras no exista una mayor certeza de que la inflación está bajo control.
«La política monetaria debe seguir siendo restrictiva durante el tiempo suficiente hasta que se disipen los riesgos de que la inflación no se mantenga de forma sostenible en torno al objetivo del 2% a medio plazo. El rumbo será, por tanto, constante», ha señalado.
Sin embargo, ha destacado que los últimos datos conocidos le han llevado a ser «cautelosamente optimista en cuanto a que las expectativas de inflación están mejor ancladas«.
«Los efectos inflacionarios de segunda ronda parecen ser menores de lo que esperábamos. Pero es demasiado pronto para cantar victoria. La política tiene que reaccionar: el régimen funciona porque lo utilizamos», ha agregado.
Además, ha asegurado que la inflación parece mostrarse menos «persistente» de lo esperado por el banco central, lo que le ha llevado a recalibrar sus proyecciones.
«Creo que ahora estamos asistiendo a una revisión a la baja de nuestra valoración de esa persistencia intrínseca, pero no es algo que podamos dar por sentado. Sigue habiendo cuestiones importantes que, en muchos sentidos, establecen el marco a través del cual vemos ahora la política monetaria», ha detallado.