El jueves por la mañana, el asesino confeso del pequeño Mateo, el niño de 11 años en Mocejón, Toledo, ha sido trasladado a disposición judicial desde la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo. Tras pasar tres días bajo custodia policial, el joven de 20 años ha comparecido en el juzgado de Instrucción Número 3 de Toledo, donde se ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza. Aún se espera el informe médico que podría confirmar la posible enfermedad psiquiátrica que, según su padre, afecta al 70% de sus capacidades mentales. Hasta el momento, el juez de forma provisional un presunto delito de asesinato.
Los resultado del informe forense han decretado que existe la necesidad de llevar a cabo un interrogatorio adaptado «a su situación de discapacidad». Por lo que el joven podría enfrentarse a distintas consecuencias legales, desde la prisión permanente revisable hasta un internamiento en un centro psiquiátrico si se determina que no era consciente de sus actos.
Habla una trabajadora agredida
Una mujer que trabajó en un centro de educación especial donde el joven asistía ha decidido romper su silencio para denunciar los antecedentes violentos del acusado. Según su testimonio, el joven ya había mostrado comportamientos agresivos en el pasado, y llegó incluso a agredirla brutalmente durante un incidente en el centro. Esta agresión le causó múltiples contusiones y le dejó un profundo temor que aún persiste, y siente pánico ante la idea de regresar al trabajo.
En el marco de la investigación, la Guardia Civil ha estado buscando el arma utilizada en el crimen. En un primer momento, encontraron un cuchillo en una zona cercana a la casa del detenido, pero posteriormente se determinó que este cuchillo no estaba relacionado con el asesinato, ya que pertenecía a una vecina que lo había dejado allí mientras cortaba hierba.
Sin embargo, la búsqueda del arma homicida continúa siendo un punto crucial en la investigación. Un operario de limpieza del Ayuntamiento encontró otro cuchillo en un descampado cercano, que ha sido recogido por las autoridades tras marcar positivo en restos biológicos humanos, según confirmó un perro del servicio cinológico de la Guardia Civil.
El detenido, que confesó el crimen poco después de ser arrestado, ha sido descrito por su familia como una persona con una discapacidad psíquica del 70%, aunque no sigue ningún tratamiento médico. Esta declaración contrasta con los testimonios que revelan antecedentes violentos del joven.
Un proceso judicial complejo
El proceso judicial que se avecina será complejo, ya que el juez deberá determinar si la discapacidad del acusado influirá en la pena que se le imponga. Se espera que se ordene un examen psiquiátrico para evaluar si el joven era consciente de la gravedad de sus actos al momento de cometer el crimen.
El funeral de Mateo
El martes tuvo lugar el funeral de Mateo, una multitud de vecinos se congregaron en la parroquia de San Esteban para acompañar a la familia del pequeño en su dolor. Un silencio solemne marcó la llegada del coche fúnebre, seguido por los familiares que caminaron en procesión hasta la iglesia.
La misa se ofició en un ambiente de respeto absoluto, y posteriormente, la familia y los allegados se trasladaron al cementerio para dar sepultura a Mateo en una ceremonia que se realizó en la más estricta intimidad, tal y como había solicitado la familia.
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