La Agrupación Española de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) ha iniciado estos días las evaluaciones definitivas de los daños sufridos por los viñedos en las zonas de producción más temprana de España, en concreto en Extremadura, en Aragón y en algunas regiones de Cataluña, donde ya ha empezado la vendimia y donde los técnicos de la compañía están comprobando cuáles han sido las pérdidas sufridas en estos cultivos como consecuencia de las inclemencias meteorológicas, desde heladas y granizo hasta sequía. Así, en una primera estimación, la empresa calcula que el impacto de estos fenómenos adversos sobre las vides superará los 92 millones de euros, uno de los más elevados de los últimos años.
Aunque por el momento Agroseguro ha recibido partes de siniestros correspondientes a casi 175.000 hectáreas, se estima que se van a superar las 200.000, lo que representa la mitad de la superficie asegurada de uva de vino para la cosecha 2024. Para analizar con detalle el alcance de los daños, a lo largo de las próximas semanas, se incorporarán más de 250 técnicos que valorarán el impacto. Además de las tres áreas productivas ya citadas, se están evaluando también los daños sufridos en las variedades de blancos tempranos de otras zonas.
Solo se salva el sur
En concreto, según los cálculos de la compañía, durante los meses de abril y mayo, las heladas afectaron casi 68.000 hectáreas, principalmente en Castilla-La Mancha y Castilla y León, y, ya en menor medida, zonas productoras de La Rioja, Catalunya, País Vasco, Aragón y Navarra.
El granizo, por su parte, comenzó a caer ya el mismo mes de abril y desde entonces no ha cesado. «Hasta el momento, se han reclamado daños en más de 49.000 hectáreas aseguradas, repartidas de forma generalizada por prácticamente todas las zonas productoras, pero especialmente en La Rioja, Catalunya, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha y Navarra», explican fuentes de Agroseguro.
En cuanto a la sequía, tras los estragos de la de 2023, este año se han vuelto a sufrir las consecuencias de la falta de precipitaciones y los golpes de calor, con daños en casi 33.000 hectáreas de viñedo de secano, fundamentalmente en Aragón, Catalunya, Extremadura, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.
«El principal problema de la sequía es que, en zonas como el Penedès, han muerto en torno al 20% de las cepas y, de entre las que resistieron la falta de lluvias, hay una cantidad importante que han quedado improductivas«, explicaba recientemente a este diario Jaume Domènech, portavoz de la organización Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC) en esta comarca vinícola catalana.
Un seguro para el cambio climático
El sistema español de seguros agrarios registró el año pasado más de 1.000 millones en primas, una cifra que fue calificada de récord y que suponía un aumento del 16% respecto al ya difícil año anterior. Según el balance presentado a finales del pasado ejercicio por Agroseguro, los 16.918 millones de euros contratados en capital asegurado cubrieron seis millones de hectáreas, 36,9 millones de toneladas de productos y 416 millones de animales. La subida de la contratación fue un claro reflejo de la necesidad de los agricultores de estar protegidos frente a la crisis climática, una realidad a la que el Ministerio de Agricultura se ha comprometido en varias ocasiones a hacer frente con una revisión del actual modelo asegurador, que se ha quedado corto para determinadas circunstancias.