Pese a que el número de adopciones ha caído en picado en nuestro país, todavía son muchas parejas las que deciden utilizar esta vía para formar una familia. Y es que, además de esto, todavía los hay más valientes y deciden adoptar a niños que requieren una atención especial y que necesitan un hogar. Para estos niños con necesidades concretas existe el Pasaje Verde, un camino paralelo y Coro y Álex conocen a la perfección.
Esta pareja tiene ocho hijos, de los que cinco son adoptados y son niños con necesidades especiales. Coro Samblas ha explicado en ‘La Mañana Fin de Semana’ que ella y su marido fueron a una agenda de adopción, no buscando «rellenar un hueco», sino más bien para «ampliar la familia con un niño, de los miles que hay en el mundo esperando una familia». Su sorpresa llegó cuando les explicaron que sí había niños, pero no eran niños «considerados sanos, que cumplen todos los parámetros que consideramos que son necesarios».
Hay miles de familias esperando durante años a un bebé o un niño sano, cuando en el mundo hay miles de ellos que están esperando una familia, pero que tienen esas necesidades especiales. Y aquí entra en juego el Pasaje Verde. «Es como se denomina, en China en concreto, a la adopción de menores con necesidades especiales», ha explicado Coro.
Algo que ya existe en muchos más países, incluso en la adopción nacional. «Son niños que ya se sabe que tienen determinadas condiciones, patologías o circunstancias médicas de salud que pueden hacer un poco más difícil la crianza y entonces se les saca de la vía que llaman ordinaria».
Ha asegurado esta madre que «es una situación que poca gente conoce, es poco conocido y probablemente ayudaría a agilizar esas listas de espera». Y es que sobre el papel «puede ser una cosa que da mucho miedo y asusta, pero luego lo ves en vivo y dices: «Pero si esto no es para tanto»». Agrega que es una vida «perfectamente manejable, como cualquier otro».
Coro y su marido tenían claro que «tenían ese deseo de ir al origen del abandono, por qué una madre no puede sacar adelante a su hijo y tiene que verse obligada, en muchos casos por no tener apoyo, a no ver crecer a su hijo y darlo en adopción».
«Teníamos esa espinita clavada y siempre teníamos la idea de ir a ese origen. Nuestro plan inicial era China, que es de donde son nuestros niños, pero pasó esto terrible del covid, se cerraron las fronteras y la respuesta fue un no absoluto, porque incluso expulsaron de facto a todas las organizaciones que trabajaban allí con los orfanatos y con y con los niños con necesidades especiales». Fue así como volvieron la mirada a África y se lanzaron a cumplir «ese anhelo» que tenían, que al final «es ayudar a familias como la nuestra».