Eran las 17.30 horas de uno de los días más tórridos que pareció París en todos los Juegos Olímpicos. El sol azotaba en la parte más exterior del recinto de La Concordia en el que se instaló la pista del baloncesto 3×3, solo cubierta con una carpa en su zona más central. Pau Gasol y Jorge Garbajosa, mitos sobre el parqué y ahora dirigentes deportivos (uno pertenece a la comisión de atletas del COI y el otro preside la FIBA Europa), ocupaban asientos en primera fila junto a otras personalidades, como el presidente del COE, Alejandro Blanco, la presidenta de la Federación Española de Baloncesto, Elisa Aguilar, y la ministra de Educación y Deporte, Pilar Alegría. Una silla, en posición de máximo privilegio, permanecía vacante hasta que escasos minutos antes de empezar la semifinal entre España y EEUU fue ocupada por quien debía hacerlo: el rey Felipe VI.
Vestido con el polo rojo oficial del equipo olímpico español, el mismo que llevan deportistas y dirigentes fuera de la competición, y con la acreditación que le identificaba como «soberano» colgada del cuello, el rey animó a Vega Gimeno, Sandra Ygueravide, Gracia Alonso de Armiño y Juana Camilión en un partido de locos, en el que forzaron la prórroga frente a EEUU tras haber estado todo el duelo por detrás en el marcador, para después conseguir el pase a la final en el tiempo extra.
Celebración con los deportistas
Esa misma tarde, a la carrera, el rey acudió a Saint-Denis a presenciar la clasificatoria de 3.000 metros obstáculos de Dani Arce y visitó Yves-du-Manoir, donde la selección femenina de hockey perdió ante Bélgica en cuartos de final antes de regresar a La Concordia, para la final del 3×3 femenino. Rodeado ahora también por los exjugadores de la NBA Dirk Nowitzki (la final era contra Alemania) y Carmelo Anthony, Felipe VI asistió a una derrota con buen sabor de boca, pues casi nadie esperaba una plata para esta disciplina. Su lamento por la derrota, no obstante, fue evidente, como demuestra la siguiente fotografía, antes de celebrar la medalla con las cuatro jugadoras.
No pareció casual la presencia del rey en uno de los ‘nuevos deportes’ del programa olímpico, aquellos destinados a atraer la atención de los televidentes más jóvenes, a los que les cuesta engancharse a disciplinas de corte más tradicional como la hípica, la esgrima o incluso la natación y el atletismo. El baloncesto 3×3 es uno de ellos, pero no el único al que acudió el rey en los apenas tres días en los que, después de la lluviosa inauguración, estuvo en París.
Las doce competiciones que presenció el rey
Veamos: el rey llegó a la ciudad olímpica el lunes 5 por la mañana y se marchó el miércoles 7 por la noche. En ese margen, según informó la Casa Real, visitó 12 competiciones. Dos de ellas, escrito queda, corresponden a partidos de baloncesto 3×3; también acudió a la semifinal de la combinada dificultad-búlder de escalada deportiva en la que participó el campeón olímpico en Tokio Alberto Ginés; a la clasificatoria de skate park de Julia Benedetti y Naia Laso; y al partido de cuartos de final de vóley playa de Daniela Álvarez y Tania Moreno.
En varias de esas pruebas se dejó ver incluso con el chándal de Joma que visten los deportistas olímpicos, en una imagen inusual en un jefe de Estado, y entró a varios vestuarios a saludar a algunos de los deportistas, momentos que fueron recogidos y difundidos por la propia Casa Real a través de sus redes sociales. Los únicos deportes olímpicos orientados claramente hacia los jóvenes a los que no acudió fueron el BMX freestyle y el breakdance: son también los únicos en los que no había españoles en competición.
La Casa Real, en Instagram
La presencia del rey en estos eventos, en fin, engarza con una estrategia comunicativa de la Casa Real orientada a conectar con el público más joven. En esa línea, hace apenas un par de meses, coincidiendo con los actos de celebración de los 10 años de reinado de Felipe VI, la Casa Real decidió abrir una cuenta oficial en Instagram. En ella, durante los Juegos, se han publicado incluso selfis del rey, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía con deportistas españoles. En Twitter, una red social orientada a un público más adulto, no se publicó ni uno solo de esos selfis, en cambio.
En esta línea, la Red de Estudios de las Monarquías Contemporáneas publicó en junio un extenso informe titulado ‘La juventud española dialoga sobre la monarquía’, elaborado a partir de entrevistas con medio centenar de jóvenes de entre 18 y 30 años, donde se explica que «sobre el grado de información disponible sobre la Corona española y la dimensión comunicativa de la institución monárquica, se menciona que hay una falta de visibilidad y conexión entre la Casa Real y los jóvenes. Así, se destaca que debería haber una mayor presencia en las redes sociales y otros medios para cerrar esta brecha». El 37% de los jóvenes encuestados menciona las redes sociales como un canal fundamental en esa tarea de la Casa Real.
Las demandas de los jóvenes al rey
Del mismo modo, dicho informe pone de relieve que «nuestros jóvenes no se sienten tan identificados con la Monarquía como lo están las generaciones mayores. Este desapego se atribuye a una combinación de factores, entre ellos la mencionada falta de información, pero también a la percepción de que la institución no refleja ni aborda los intereses y preocupaciones actuales de la juventud«.
Una demanda que, en un contexto más lúdico y distendido como unos Juegos Olímpicos, el rey en particular y la Familia Real en general han podido potenciar, con la presencia en París también de la reina Letizia, la princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina Sofía en diferentes competiciones. Según la información difundida por la Casa Real, solo hubo tres días de los 17 que duraron los Juegos en que alguno de los miembros antes mencionados no acudieron a alguna competición.
Algo que ya se percibió durante la Eurocopa de fútbol masculino, con el rey y la infanta Sofía bajando al césped del Estadio Olímpico de Berlín para levantar la copa y posar en la foto de equipo con los jugadores y técnico de la selección; o el día siguiente, ya en Madrid, con la princesa Leonor y la infanta Sofía posando con el trofeo. Deporte y redes sociales como receta para acercar la Corona a los españoles más jóvenes.