Le llaman las cartas del miedo porque cuando ves el remite sueles llevarte un susto. Son las comunicaciones que te envía Hacienda y en las que no suele darte buenas noticias. Acaba de enviar 80.000 cartas a ciudadanos cuyas declaraciones podrían presentar algún tipo de error.
De momento, los que han recibido estas cartas no se tienen que alarmar porque son solo un aviso.
Existe un tiempo en el que el fisco puede requerirnos nuestra declaración, así como aquellas facturas que justifiquen cualquier deducción que nos hayamos aplicado
09 may 2024 – 11:03
Hacienda solo te comunica que puede que la declaración que presentaste no esté bien. Nada más. Y le ha enviado esas cartas a muchos de los que modificaron el borrador que hace la Agencia Tributaria con los datos ya volcados. A veces compruebas esa información, ves que está bien y directamente les das a presentar tal cual la declaración y otras, lo modificas porque te das cuenta de que falta algún dato o de que algo no es correcto. ¿Qué pasa? Que a Hacienda no le han cuadrado las cifras en esas declaraciones modificadas, es decir, no coinciden los datos que tiene el fisco con los que finalmente han presentado esos contribuyentes.
Pero esas comunicaciones no implican el inicio de un procedimiento de comprobación o una paralela. “No se le traslada al contribuyente ningún inicio de procedimiento de comprobación. Es solo un aviso preventivo diciéndole al ciudadano que puede corregir su declaración”, explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha, el sindicato de los técnicos de Hacienda.
Para los que han recibido una de estas cartas o les está esperando en el buzón a la vuelta de vacaciones, la siguiente pregunta está clara: ¿Y ahora qué? ¿Qué hay que hacer para aclarar las cuentas con Hacienda? Lo primero, decidir si la información que les traslada la Agencia Tributaria es un descuido en la declaración, si hay efectivamente un error. Si es así, tendrán que corregirlo en la propia web de Hacienda.Más de 23.000 personas ya han presentado la rectificación.
Pero Hacienda no siempre tienen la razón o los datos correctos. La propia Agencia Tributaria insiste en que se repase siempre el borrador porque a veces contiene errores y, si lo presentas tal cual, no está bien y se revisa esa declaración, también es culpa del contribuyente.
Y, si cambias los datos -como ha ocurrido con los que han recibido esas cartas- y Hacienda considera que no son correctos, te llega el aviso. Por eso es tan importante repasar el borrador.
Tengo la razón y Hacienda se equivoca
El fisco no siempre tiene la razón, a veces se equivoca. Así que, en caso de que el contribuyente piense que su declaración es correcta, no tiene que hacer nada, ni siquiera contestar a la carta. “Será la Agencia Tributaria quien vuelva a verificar los datos y vea si merece la pena o no abrir un procedimiento de comprobación”, detalla Mollinedo.
Si Hacienda quiere ir más allá, se inicia ese procedimiento, la famosa paralela. Y entonces seguramente el contribuyente tendrá que presentar más documentación, alegaciones… Hasta que se dirima quién tiene la razón.
Por otro lado, hay casos claros porque de esas 80.000 cartas que ha enviado la Agencia Tributaria hay unas cuantas que le han llegado a personas que estaban obligadas a presentar la declaración y no lo hicieron o que la presentaron tarde. Y tendrán penalizaciones. Si la declaración sale a pagar, a la cantidad le tendrán que sumar entre el 50% y el 150% de la deuda pendiente, aunque puede ser más si el fisco considera que con el retraso has generado un perjuicio económico a las arcas públicas.
Y si sale a devolver o cero, la multa es de 200 euros.
Otra posibilidad es que se haya presentado la Renta, saliera a pagar y no se haya pagado, bien porque estaba mal el número de cuenta o porque no hubiera suficiente dinero cuando Hacienda iba a cobrar. En estos casos, a la deuda habrá que sumarle un recargo de entre el 10% y el 20%.
Por otro lado, Hacienda no te hará la devolución hasta que las cuentas no estén claras. La rectificación se puede presentar en la web de la Agencia Tributaria o en alguna oficina física pidiendo cita.