La nueva etapa de Katy Perry como artista no está saliendo como ella esperaba. La artista de 39 años ha publicado su último videoclip, Lifetimes, rodado en la isla de Formentera, y se enfrenta a una investigación de la Conselleria de Medio Natural del Govern balear. Según un comunicado, la cantante no solicitó «en ningún caso» la autorización necesaria para realizar esta grabación. La pregunta que se plantea es si se ha causado un impacto medioambiental en las dunas protegidas del islote de s’Espalmador.
Katy Perry le ha cogido cariño a España, a pesar de que ahora tenga que lidiar con este problema burocrático. Se aprecia en el comienzo del videoclip, en el que se escucha el anuncio en español del avión que está a punto de salir hacia las Islas Baleares. Hace algunas semanas apareció por sorpresa en una fiesta de Barcelona, la ChocoChurros, celebrada en la Sala Apolo y en ocasiones en otras ciudades de nuestro país. Allí se presentó en ambiente festivo y con ganas de pasárselo bien. Tal y como muestran los vídeos, prometió invitar a copas a algunos presentes e hizo lipsync de alguna de sus canciones.
Un mal ojo para escoger compañías
Pero lo que parece un mero problemilla legal es realmente una nueva piedra en el camino de Katy Perry. Hace ya un mes que publicó el que fue su último conflicto o polémica con sus fans. Woman’s World se vendió como un himno feminista en los avances y el videoclip resultó ser una sátira hacia el movimiento por la igualdad de las mujeres. Un paso en falso para la cantante, que además estaba trabajando junto a un productor acusado de abuso sexual, físico y emocional.
Se trata de Dr. Luke, cuyo nombre real es Łukasz Sebastian Gottwald y nació hace casi cincuenta y un años en Rhode Island, Estados Unidos. Empezó su carrera a finales de los 90 en el programa de televisión Saturday Night Live y produciendo remixes hasta que llegó el éxito: el single Since U Been Gone de Kelly Clarkson, que hizo junto a Max Martin, se convirtió en el primero de una larga lista de éxitos con otras artistas, entre las que estaban Avril Lavigne, Miley Cyrus o Pink. Pero, sin duda, la cantante con quien más ha trabajado ha sido, probablemente, con Katy Perry.
Sobre todo porque, gran parte de la industria le ha dado la espalda después de que Kesha presentara una demanda contra él en 2014. La intérprete de Tik Tok le acusaba de drogarla y violarla en 2005, además de otros cargos menores como prácticas comerciales injustas o retención negligente, entre otros. Después de una década, la cantante por fin conseguía deshacerse del contrato con Kemosabe, la discográfica del productor, que le impedía sacar música sin la participación de Dr. Luke.
Miedo al fracaso
En el caso de Katy Perry no hay, aparentemente, ningún contrato que ate a la cantante al productor. De hecho, según las informaciones, la intérprete tuvo tanto éxito junto al polémico artista con temas como California Gurls que quiso repetir la fórmula a pesar de la controversia que sigue a Dr. Luke.
«Le preocupa que la industria musical sea tan voluble, con artistas que están un minuto y desaparecen, pero le ha ido bien en el pasado», aseguraba una fuente cercana al Daily Mail. «Quiere que este sea su renacimiento», admitió alguien cercano a ella al mencionado medio británico. Porque aunque Katy sea una fuerza muy poderosa en la industria de la música, sus números en las listas de éxitos ya no son lo que eran.
Hace cuatro años que sacó su último disco, Smile, que siguió a Witness. Ambos álbumes un auténtico fracaso en las listas de éxitos bajo la visión de la propia artista y la discográfica. Se quedaron lejos de Teenage Dream, el trabajo que la convirtió en la estrella internacional que es ahora, publicado en 2010.
Si bien la propia Katy Perry ha hablado sobre cómo le afectó este cambio en su carrera, esta vuelta parecía traerle una nueva ilusión. Sin embargo, ninguno de los dos nuevos singles han conseguido alcanzar a su público. En YouTube Woman’s World apenas supera los 10 millones de visualizaciones y Lifetimes, aunque se ha publicado hace menos de una semana, ni siquiera alcanza los 3 millones.
Será cuestión de Katy admitir la derrota y empezar a producir para los fans que sí desean escucharla o seguir buscando el éxito arrasador que parece que no llega.