El santoral cristiano celebra a aquellos que vivieron su fe con devoción y sacrificio, inspirando a generaciones con su ejemplo. El 14 de agosto, la Iglesia honra a varios santos que se destacaron por su testimonio de amor, servicio y martirio. A continuación, presentamos la lista de santos conmemorados en esta fecha.
1. San Maximiliano María Kolbe, Sacerdote y Mártir
San Maximiliano Kolbe, un sacerdote franciscano polaco, es uno de los mártires más reconocidos del siglo XX. Nacido en 1894, se dedicó a la evangelización a través de la prensa y la radio, fundando la Milicia de la Inmaculada. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue arrestado por los nazis y enviado al campo de concentración de Auschwitz. Allí, ofreció su vida a cambio de la de otro prisionero, convirtiéndose en un símbolo del amor sacrificial. Fue canonizado en 1982 por el Papa Juan Pablo II, quien lo proclamó «patrono de nuestro difícil siglo».
2. San Eusebio de Roma, Presbítero y Mártir
San Eusebio fue un presbítero romano del siglo IV que sufrió bajo la persecución del emperador Constancio II, quien apoyaba el arrianismo. Eusebio defendió la ortodoxia nicena y fue encarcelado por su fe. Aunque no se conoce mucho sobre los detalles de su martirio, su firmeza en la defensa de la doctrina cristiana contra la herejía arriana es un ejemplo de integridad y valentía.
3. San Arnulfo de Soissons, Abad
San Arnulfo fue un abad benedictino en Soissons, Francia, en el siglo VI. Renunció a una vida de nobleza para dedicarse a la vida monástica, donde se destacó por su humildad y servicio a los necesitados. Fundó el monasterio de Novalesa, y su liderazgo espiritual contribuyó a la expansión del monacato en la región.
4. San Marcelo de Apamea, Mártir
San Marcelo fue un mártir del siglo IV, quien, según la tradición, destruyó un templo pagano y, por ello, fue torturado y ejecutado en Apamea, Siria. Su valentía y su firme rechazo al paganismo hicieron de él un modelo de convicción en la fe cristiana.
5. Santa Edith de Polesworth, Abadesa
Santa Edith fue una princesa anglosajona del siglo X que renunció a su estatus real para convertirse en monja. Se convirtió en abadesa de Polesworth, donde vivió una vida dedicada a la oración y la caridad. Es recordada por su piedad y su liderazgo espiritual en una época de inestabilidad política.