Para enmendar el daño que le había causado en el pasado y poner punto final a la guerra que había entre ellos, Yekta localizó al asesino del padre de Iclal para proponerle a la fiscal colaborar para encerrarlo.
Aunque al principio le pareció una idea descabellada, Iclal acabó aceptando. Yekta movió hilos para que ese hombre recurriera a él como abogado y, por ahora, todo ha salido tal y como esperaba.
Yekta se ha encargado de llevar a su nuevo cliente ante la fiscal para declarar por un secuestro del que le han acusado. Iclal, al verlo, se queda pálida, aunque la expresión de él también delata que la ha reconocido.
Iclal le pide que tome asiento y no deja de mirarlo fijamente y llena de rabia. El nuevo cliente de Yekta no sabe dónde meterse y hace todo lo posible porque el interrogatorio termine cuanto antes. ¿Conseguirá la fiscal jefe vengar la muerte de su padre?