Agosto es el mes de las vacaciones por excelencia. Al pensar en el octavo mes del año, el común de los mortales evocan recuerdos de playa y días de descanso y desconexión. Pero también es conocido el dicho de que «el dinero nunca duerme». En contra de lo que pudiera parecer por el parón estival, los mercados han provocado más de un quebradero de cabeza en el mes de agosto a los inversores que ya tenían el bañador en la mano. Bien es cierto, que es volumen que se negocia en las Bolsas es menor que otros meses del año. «Cualquier movimiento se magnifica y las correcciones son más abruptas que cualquier otro mes», explica Antonio Castelo, analista de iBroker.

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