Durante el verano, la playa se convierte en un escenario vibrante de actividad. Las familias se congregan, los niños construyen castillos y los deportistas aprovechan la inestabilidad de la arena para mejorar su condición física. Pero, para asegurarse que todo se queda en diversión y deporte seguro, merece la pena conocer algunos consejos y tomar ciertas precauciones, de cara a evitar el riesgo de lesiones que entrañan deportes de arena como el voley playa, el fútbol plata, jugar a las palas o correr por la orilla.

Practicar deporte en la arena no solo es divertido; también es beneficioso para tu salud. La resistencia que ofrece la arena potencia la fuerza muscular y mejora la propiocepción, que es la capacidad del cuerpo para percibir la posición, el movimiento y el equilibrio. Específicamente, actividades como el vóleibol, fútbol playa, la práctica con raquetas o palas de playa o, simplemente, correr, fortalecen intensamente la musculatura de los pies, tobillos y piernas.

La arena actúa como un amortiguador natural, lo que reduce el impacto sobre las articulaciones en comparación con correr sobre superficies duras como el asfalto. “Practicar deportes de arena potencia la musculatura corporal y desarrolla la propiocepción”, explica el doctor Estuardo León Román cirujano y doctor en Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, integrado en el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS). “Especialmente la propiocepción de tobillo, es el ejercicio propio de estabilización del tobillo”, al ser una de las partes que más trabaja y más impacto variable recibe durante el ejercicio de deportes de playa.


Sin embargo, el mismo entorno que ofrece beneficios puede, si no se maneja correctamente, aumentar el riesgo de lesiones. «Al necesitar más fuerza muscular y realizar constantes cambios de dirección con los pies descalzos, los deportistas están más expuestos a torceduras y lesiones en tobillos, pies y rodillas», señala el doctor León Román. Estas lesiones pueden variar desde esguinces leves hasta complicaciones más graves como fracturas.

Consejos para un deporte seguro en la arena

Para minimizar estos riesgos, el experto recomienda varias estrategias de prevención. En primer lugar, “es crucial fortalecer el tren inferior del cuerpo”, incluyendo piernas y glúteos, a través de ejercicios específicos como sentadillas, lunges y el trabajo con bandas elásticas. Además, el uso de calzado adecuado puede proporcionar soporte y protección adicional, especialmente para aquellos que tienen una pronación excesiva o problemas preexistentes en los pies.

Una buena preparación también implica conocer el terreno de juego. Antes de empezar a hacer deporte, es útil caminar por la zona para identificar y evitar áreas con demasiadas conchas, rocas o cristales. Asimismo, realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento adecuados antes y después de la actividad ayuda a preparar los músculos y articulaciones para el esfuerzo.

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El mejor momento para tu entrenamiento en la playa

Además de la preparación física, elegir el momento adecuado del día para hacer deporte en la playa puede marcar una gran diferencia en tu experiencia. «Las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde son ideales», sugiere el doctor del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Durante estas horas, no solo se evita el pico de radiación solar, que puede conducir a golpes de calor y deshidratación, sino también se disfruta de una temperatura más fresca y un sol menos intenso.

Aunque los deportes de arena ofrecen numerosos beneficios, no son adecuados para todos. «Las personas con patologías previas, problemas de movilidad o que se están recuperando de cirugías deben consultar con un médico antes de iniciar cualquier actividad en la arena», advierte el doctor. Para aquellos que no puedan participar, hay alternativas más seguras que pueden ofrecer beneficios similares sin los riesgos asociados.

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