Corría el año 1924 cuando una delegación americana integrada por 20 representantes del ámbito institucional, militar y civil, junto a un periodista, llegaron a Avilés para participar en el traslado de los restos mortales de Pedro Menéndez a la iglesia de San Antonio de Padua. Desde entonces, la relación entre San Agustín y Avilés ha girado en torno al marino fundador de San Agustín de La Florida en 1565.
Ese fue el principio del hermanamiento entre dos ciudades que quieren estrechar aún más sus lazos de fraternidad. «Gracias por cien años de amistad». Así resumió ayer Nancy Sikes-Kline, la alcaldesa de San Agustín de La Florida, la relación que une a dos ciudades separadas por el Atlántico unidas por lazos históricos y que miran al futuro con optimismo.
En la plaza de España esperaban los coches y el autobús de época que participarían en el recorrido que simularía el mismo que aquella delegación realizó por la ciudad hace cien años. Toda una atracción.
Avilesinos y visitantes, sorprendidos, preguntaban a quien encontraban a su paso «¿quién vino?» «¿qué se celebra?», mientras muchos aprovechaban para sacar fotos de los vehículos y hacerse selfies. «¡Ah! Son los americanos. Así que ya llegaron!, exclamó un ciudadano que encabezaba un grupo de familiares que están de visita en la ciudad, y a los que se afanó a explicarles el histórico hermanamiento mientras la comitiva principal de ambas delegaciones se subían a los vehículos para iniciar el recorrido. «Por la noche hay un espectáculo aquí, en la plaza de España. Vendremos a verlo», sentenció el avilesino ejerciendo a modo de guía turístico buen conocedor de la efeméride.
Avilés fue ayer una fiesta. Los vecinos de la villa celebraron el recorrido de las delegaciones de ambas ciudades, encabezadas por las regidoras Mariví Monteserín y Nancy Sikes-Kline, en coches de época y con integrantes de la Asociación Pedro Menéndez ataviados de época.
La visita comenzó con la recepción oficial en el Ayuntamiento, con la Banda de Música de Avilés interpretando en el Parche los himnos de Estados Unidos y de España, para dar paso a los discursos, ya en el Salón de recepciones del Consistorio.
La comitiva partió en dirección a Las Meanas, al obelisco regalo de San Agustín de La Florida a Avilés, y gemelo del que luce en la ciudad estadounidense. La expectación generada en el centro de la ciudad era máxima, tanto durante el recorrido como en el parque donde los vehículos estacionaron durante más de media hora.
La visita continuó a pie hasta el parque del Muelle, donde se encuentra la estatua de Pedro Menéndez, al que se rindió homenaje con una corona de laurel y cánticos. La siguiente parada fue en la iglesia de San Antonio de Padua, donde yacen los restos del marino.
«Difícilmente podía imaginar Pedro Menéndez, cuando el 8 de septiembre de 1565 desembarcó en San Agustín de La Florida, el papel fundamental que estaba asumiendo al fundar la primera ciudad de lo que serían los Estados Unidos de América. Un país que acabaría marcando la historia de nuestra era», afirmó la alcaldesa de Avilés.
Nancy Sikes-Kline relató que el artífice de la visita de aquella primera delegación a Avilés en 1924 fue Ángel Cuesta Lamadrid, un asturiano oriundo de Peñamellera Baja que había emigrado y logró éxito y fortuna en la industria tabaquera en Tampa (Florida). Eran tiempos de difíciles relaciones entre España y Estados Unidos tras la firma del Tratado de París, por el que se cedieron los territorios de Filipinas, Puerto Rico y Guam a los estadounidenses. Pero aún así, Cuesta Lamadrid lo consiguió gracias a su estrecha relación con el entonces embajador de Estados Unidos, Alexander Pollack, y con John B. Stetson, también embajador y fundador de la Universidad de Stetson.
«Supuso un momento para la reconciliación y el entendimiento, para reconstruir nuestra relación», afirmó la regidora estadounidense. En 1967, el Pleno de San Agustín de La Florida aprobó una resolución «en la que se establecían las bases para una amistad duradera, basada en la buena fe y el entendimiento entre nuestras ciudades». Y en febrero de 2000, los entonces alcaldes Santiago Rodríguez Vega y Len Weeks, firmaron el «Sister City Agreement», el Acuerdo de Ciudades Hermanas. Así, hasta hoy.
Ahora, ambas ciudades quieren ir más allá, y ampliar sus relaciones más allá de lo institucional para profundizar en los social, educativo, y también en lo comercial y empresarial. «Esta visita puede cambiar radicalmente la trayectoria de nuestra relación, estableciendo vínculos permanentes entre nuestro tejido social que arrojen beneficios reales y tangibles para ambas ciudades», aseveró Sikes-Kline.
La historiadora y cronista oficial de Avilés, Pepa Sanz Fuentes, hizo un rápido recorrido por la evolución de la ciudad desde aquella primera visita y destacó que tanto Avilés como San Agustín de La Florida avanzan de la mano de la ciencia y la tecnología, «pero manteniendo la memoria, en lo físico y documental, con sus archivos». «Para los avilesinos es una gran alegría ver que aquello inicial impensado se ha convertido en una relación fluida, de acercamiento, amistad y colaboración».
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