A Elena Ruiz se le iluminan los ojos cuando habla de Rubí. Su casa. Su familia. Su vida. Tiene una mirada luminosa y dulce, que contradice la fiereza con la que despliega su brazo derecho. Disputó sus primeros Juegos con 16 años. Fue en Tokio, aún estudiando Bachillerato. En París, ya a sus 19 y con una carrera universitaria en curso, sigue siendo una adolescente. Qué más da. En la dramática semifinal frente a Países Bajos, arrastró cuanto pudo a sus compañeras hasta ayudarlas a alcanzar la final olímpica, donde se enfrentará a Australia. Ha marcado 17 goles. Más que nadie en su equipo. Es especial.

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