Anna y Guido se conocieron en Roma, cuando él salía con la mejor amiga de Anna, Maurizia. Ambos tuvieron una conexión muy fuerte a la que él no se pudo resistir, pero decidieron poner distancia y sus caminos se separaron.

Sin embargo, el destino siempre vuelve a unir a aquellos que están hechos para estar juntos y el día de la boda de Anna, Guido apareció. La joven estaba a punto de casarse con otro, pero su química con Guido resurgió como el primer día.

A pocos minutos de la boda, entre naranjadas y miradas cómplices, Guido decidió no volver a perder su oportunidad. “Yo te amo”, le confesó a Anna, pidiéndole que no se casara.

Aunque ella parecía escéptica ante los intensos sentimientos de Guido sin conocerla, él lo tenía claro: “Uno se casa por momentos como este”. Anna, incapaz de reprimir lo que sentía con él, se fundió en un apasionado beso que dio comienzo a su historia de amor.

Fuente