Habían sido oro europeo y oro mundial, pero en los Juegos se les atragantó la regata decisiva. El peor resultado posible en el peor momento. Jordi Xammar y Nora Brugman vivieron su día más aciago en un concurso olímpico que había rozado la perfección por momentos, que les había confirmado como los reyes de la regularidad e incluso les permitía soñar con el oro. «Hago cuentas, pero solo hacia adelante», había anotado el catalán en las horas previas a su gran día.

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