La subida de los precios de los alimentos ha provocado que cada vez sean más los consumidores los que recurren a los productos congelados para ahorrarse unos cuantos euros. Este tipo de artículos suele tener un precio más bajo. También hay quién opta por comprar producto fresco y después congelarlo para llenar la nevera y evitar que los alimentos se estropeen rápidamente.

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