La provincia de Castellón y, en particular, los productores de la indicación geográfica protegida (IGP) Vins de Castelló afrontan la «peor» cosecha de uva para vino de las últimas tres décadas a consecuencia de la prolongada sequía.
Así lo confirmó este lunes el vicesecretario general de la Unió Llauradora, Luis Javier Navarro, quien alertó de la catastrófica campaña que se espera en suelo castellonense y en el conjunto de la Comunitat Valenciana.
La organización agraria, en concreto, estima una disminución de la recolección en la IGP de la provincia del 27%, la cual «puede ir a más si no llueve pronto», matizó su vicesecretario general. No obstante, la caída prevista en suelo castellonense, pese a ser elevada, es la inferior de la autonomía. En las denominaciones de origen de Utiel-Requena y Valencia la reducción asciende hasta el 30% y en la de Alicante al 31%. La reducción media en la Comunitat se queda a final de cuentas en el 29%, quedando la producción alrededor de 1,47 millones de hectolitros.
Las viñas se secan
A dicha merma se añade, según la Unió, que «muchas viñas se están secando, lo que está provocando el creciente abandono de tierras de cultivo y de viticultores».
Tampoco resulta mucho más favorable el panorama en lo que respecta a los precios. La entidad considera que en estos momentos «únicamente se podría hablar de un cultivo rentable en la vid para las uvas blancas destinadas a la elaboración de cava», ya que si el pasado año la media de las cotizaciones en origen fue de 0,70 euros por kilo, en esta ya pasan de 0,80 euros y con perspectivas al alza. En cambio, para otras uvas blancas o variedades de uvas tintas, «las cotizaciones no cubren ni los costes de producción».
La Unió, por ello, señala que es necesario un repunte de precios con el objetivo de que «los productores de la Comunitat Valenciana vean compensada en parte la merma de cosecha y los elevados costes de producción que pagan por los insumos que emplean».
Sí que existirá una cara positiva en la próxima campaña, pues se espera que la uva tenga una buena calidad y que no se den problemas sanitarios graves por enfermedades y hongos.
Sin respuesta positiva
Con todo, la Unió insiste en reclamar a las diferentes administraciones ayudas extraordinarias y directas para los productores de uva de vinificación, como ya había solicitado anteriormente al Ministerio y la Conselleria de Agricultura sin que haya habido una respuesta positiva a ninguna de las demandas, como mantiene. A nivel autonómico las pérdidas por la escasez hídrica se cifraban por encima de 24 millones sin tener en cuenta perjuicios indirectos como pueden ser la mano de obra, las bodegas o la logística.
A pesar de la coyuntura en el campo, existe una fuerte apuesta de los productores y las bodegas para potenciar los vinos de la provincia, impulsando la transición desde la actual IGP a una denominación de origen protegido (DOP). De hecho, ya han presentado el pliego de condiciones ante la administración autonómica.