La maldición de los octavos de final volvió a cruzarse en el camino del vóley playa valenciano en unos Juegos Olímpicos. Así ocurre desde Atenas 2004, evento en el que Pablo Herrera se colgó la medalla de plata. Desde entonces, el cruce de octavos se ha convertido en una frontera insuperable, en un muro impenetrable, en una pesadilla. También ayer, jornada en la que Liliana Fernández y Paula Soria cayeron eliminadas ante las suizas Huberli y Brunner, vigentes campeonas de Europa. Por cuartos Juegos consecutivos, Liliana (Benidorm, 37 años) acabará en la novena plaza. Es decir, a las puertas del diploma. Mientras, Paula tampoco regresará con premio. Para la oriolana, París 2024 es su primer intento estéril.

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