La crisis política venezolana tiene un nuevo giro. María Corina Machado, líder de la oposición y principal sostén de Edmundo González Urrutia, anunció que ha pasado a la clandestinidad porque teme por su vida, «mi libertad y la de mis compatriotas». Machado lo comunicó a través de ´ The Wall Street Journal`. Tanto el presidente Nicolás Maduro como la principal autoridad parlamentaria, Jorge Rodríguez, habían expresado su deseo de enviarla a la cárcel.
La líder de Vente Venezuela insistió en el texto que Maduro fue derrotado en los comicios del domingo de manera «forma aplastante» por González Urrutia. «Sé que esto es cierto porque puedo demostrarlo. Tengo las actas obtenidas directamente de más del 80% de los colegios electorales del país». Machado habla de una diferencia de más de 30 puntos. «Sabíamos que el Gobierno del Sr. Maduro iba a hacer trampa. Sabemos desde hace años qué trucos utiliza el régimen y sabemos perfectamente que el Consejo Nacional Electoral (CNE) está totalmente bajo su control. Era impensable que reconociera su derrota».
El desenlace electoral fue, a su criterio, la consecuencia de una serie de episodios que incluyeron su inhabilitación judicial para participar de la contienda, la imposibilidad de la académica Corina Yoris para reemplazarla y el encarcelamiento y la persecución de algunos de sus colaboradores.
La dirigente de derechas aseguró que la comunidad internacional tiene un papel relevante para resolver el conflicto venezolano. «Le toca decidir si tolera un Gobierno manifiestamente ilegítimo». A su vez, pidió el cese de la represión que se ha desatado desde el lunes y que encuentra a las principales ciudades militarizadas. De acuerdo con el Observatorio de Conflictos han tenido lugar 164 protestas de las cuales fueron disueltas con saña por las fuerzas de seguridad. «Hago un llamamiento a quienes rechazan el autoritarismo y apoyan la democracia para que se unan al pueblo venezolano en nuestra noble causa», exhortó Machado.
«Grupo neonazi»
En este contexto, el fiscal general, Tarek William Saab, sostuvo que los hechos de violencia que estremecieron al país las 48 horas posteriores a la contienda no tuvieron como protagonistas a ciudadanos pacíficos, estudiantes o sindicatos. Para el Gobierno el malestar de una parte de la sociedad no existe. Todo es obra de la manipulación. Tampoco se registraron expresiones importantes de malestar. Apenas «focos aislados». La «extrema derecha» no movilizó en las calles a «personas de bien» sino a «muchachos» cuyas mentes han sido «envenenadas». Ellos quemaron instalaciones del CNE y educativas, efectuaron «ataques a símbolos de un sector político», como las estatuas de Hugo Chávez, y trataron de de intervenir en el sistema informático del organismo electoral «a cambio de dinero». Según Saab, Vente Venezuela, la formación de Machado, es «un grupo terrorista, neonazi». La minimización de los episodios contrasta con el intenso patrullaje militar y policial por las zonas más pobladas del país. Saab aseguró que la mayoría de los implicados en las acciones recientes que han sido detenidos admitieron que no fueron siquiera a votar.
Por otra parte, el fiscal general, una de las espadas del madurismo, informó que Freddy Superlano, un dirigente nacional del partido Voluntad Popular que fue capturado por cuerpos de seguridad el martes 30 de julio, «está cooperando y dando elementos importantes para identificar a grupos más grandes» que forman parte de lo que Maduró caracterizó como un «intento de golpe de Estado».
Aseguró por último que «aquellas personas que hayan resultado detenidas, a las que se les compruebe que no estaban realizando actividades violentas, serán puestos en libertad». Pero aquellos a quienes sí se les demuestre su participación «en algún delito», serán «procesados y quedaran privados de libertad con condenas altas».