Como si de un agujero negro se tratara, el poblado chabolista de El Vacie lleva décadas existiendo a la sombra de la vergüenza de Sevilla. Hasta allí llegaban inversiones de Bienestar Social que se desvanecían. Hasta allí llegaban pesquisas policiales que se desvanecían. Y, hasta allí, llegaban derechos básicos y esenciales para ciudadanos que también desaparecían. El Vacie se lo tragaba todo.

De hecho, durante décadas el asentamiento chabolista fue un ente dentro de la ciudad, a orillas de la fronteriza Ronda Norte y a la espalda del cementerio, pero casi invisible. Se calcula que hasta mil personas podrían haber llegado a vivir allí. Muchas de ellas provenían del éxodo rural, de desalojo de familias de etnia gitana de otros barrios de Sevilla o de otros asentamientos chabolistas portugueses, por ejemplo.

El Vacie es considerado uno de los más antiguos asentamientos chabolistas del continente. Lo sigue siendo, a pesar de haber perdido gran parte de su población gracias al Plan de erradicación del asentamiento chabolista de El Vacie. Más de un 60% de los vecinos ha dejado de vivir en este desdichado hábitat desde el inicio de una insólita campaña en 2015. Entonces, el primer gobierno socialista de la terna Espadas/Muñoz puso en marcha una “campaña secreta” para sacar a familias del asentamiento y realojarlas en otras zonas de la ciudad.

El secretismo de estos realojos en viviendas sociales o cedidas de las familias chabolistas pretendía evitar la resistencia de los barrios de acogida. En todo momento se evitó que los chabolistas egresaran a barrios que ya cargaban con el estigma de la pobreza o la marginalidad. Barrios obreros y de clase media comenzaron a recibir a familias sin ninguna foto de dirigentes cortando cintas ni ninguna rueda de prensa.

Poco a poco, durante ochos años, se iban quedando vacías las chabolas que, de inmediato, eran demolidas. El poblado fue vaciándose. Los vecinos que salían eran escogidos en función a su perfil, capacidad de integración, a tenor de su oficio y, sobre todo, a tenor de su deseo de salir del asentamiento.

El gran obstáculo para el proceso era la existencia de viviendas públicas disponibles. El Ayuntamiento contaba con poco stock tras la época de austeridad, pero la llegada de 4 millones de euros gracias a las subvenciones europeas para Estrategias de Desarrollo Urbano y Sostenible (Edusi)

Los trabajadores sociales responsables de un trabajo de mediación puerta a puerta tenían una prioridad, “que no saltara la liebre”. Que no hubiera problemas en la integración en otros barrios de los vecinos de El Vacie para anular las reticencias a la llegada de unos vecinos que viven en la más absoluta pobreza, pero también bajo el estigma de la criminalidad.


Pero con el cambio en el Ayuntamiento y la llegada de los populares liderados por el alcalde José Luis Sanz cambió el panorama. Las visitas con prensa al asentamiento han sido recurrentes, y los titulares, sobre todo en julio, anunciando que se va a terminar con el asentamiento se repiten. La última declaración del delegado de Barrios de Atención Preferente y Derechos Sociales, José Luis García, es ejemplo del cambio de sintonía.

García se acompañó de cámaras para filmar el derribo de dos chabolas en las que vivían cuatro adultos y un menor. Entonces, destacó que «el gobierno de José Luis Sanz sigue demostrando su compromiso para desmantelar el asentamiento chabolista más antiguo de Europa». Pero entró en arenas pantanosas al declarar que “en un año hemos hecho más derribos y más realojos sociales que en los anteriores ocho años”, en referencia a la época socialista. Algo que no se compadece con los hechos. García afirmó también que el objetivo del Ayuntamiento es eliminar todos los asentamientos chabolistas en Sevilla para 2027.

También el alcalde hace esa promesa, lo hizo la semana pasada al anunciar un plan para nuevos realojos, comprometiéndose a “acabar en este mandato con El Vacie”. Curiosamente en julio de 2023, José Luis Sanz, hizo la misma promesa, las cifras desde entonces de residentes se mantienen.

Mentiras y falta de sensibilidad

Las declaraciones del delegado responsable del asentamiento escuecen en las filas de la oposición. Desde el PSOE, donde se inició el programa de erradicación con un equipo de trabajadores sociales específicos, afean al consistorio del PP las declaraciones “vergonzosas” y las mentiras vertidas.

 “En ese afán de protagonismo, no duda en recurrir a la mentira y al desprestigio hacia los trabajadores y las trabajadoras sociales” responsables de la erradicación, apunta la concejala Nani Aguilar, responsable de Servicios Sociales en el PSOE municipal. Tras años trabajando en discreción, los socialistas reivindican ahora el trabajo silencioso con el que, durante años, han deshilado la madeja del asentamiento chabolista.

En concreto, cuando el PP llegó al Ayuntamiento de Sevilla, quedaban en El Vacie 176 personas, distribuidas en 54 familias. En los dos mandatos anteriores se habían realojado a 437 personas. Eran 104 familias, de las que solo 6 estaban en pisos en transición. Además, del resto de menores que continuaban viviendo en el interior del asentamiento, se había logrado la total escolarización. Un punto de giro trascendental para las dinámicas sociales.

Los socialistas recuerdan que, en estos últimos años, se procuró que fueran los propios trabajadores sociales quienes, desde la discreción, se encargaran de dirigir los derribos de chabolas y hacer el acompañamiento a las familias chabolistas que, por lo general, desconfían de las visitas mediáticas de políticos.

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