El surfista australiano Kai McKenzie ha confirmado este lunes que los médicos no han podido reimplantarle la pierna que le arrancó un tiburón mientras practicaba surf el pasado martes 23 de julio, alrededor de las 11:00 horas de la mañana.
McKenzie ha utilizado su cuenta de Instagram para compartir la noticia con sus seguidores. En la publicación, aparece en una foto junto a otros cuatro jóvenes, donde posa sin su pierna derecha.
«¿Falta algo? Ja, ja. Es tan bueno tener tantas personas increíbles detrás de mí, realmente lo aprecio», bromeaba en su publicación. A pesar del susto que sufrió por el ataque del «tiburón más grande que he visto en mi vida», McKenzie aseguró que estará «de vuelta en el agua en poco tiempo».
Así fue el ataque
El ataque ocurrió mientras McKenzie surfeaba en una playa de la localidad de Port Macquarie, al norte de Sídney. Según su testimonio, el tiburón blanco, de tres metros de largo, apareció de repente y mordió la pierna derecha del surfista, arrancándosela de cuajo. A pesar de la gravedad de sus heridas, McKenzie logró nadar hasta la orilla, donde recibió la ayuda de un transeúnte.
El viandante usó la correa de su perro para improvisar un torniquete y detener la hemorragia, evitando así que McKenzie perdiera una cantidad de sangre fatal. Minutos después, el surfista fue trasladado al hospital John Hunter de Newcastle, ubicado a 168 kilómetros al norte de Sídney. Poco después del ataque, la pierna de McKenzie fue encontrada en la orilla de la playa, arrastrada por la marea.
Las personas presentes en el lugar recogieron la extremidad, la pusieron en hielo y se la entregaron a los servicios médicos que acudieron al lugar. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los médicos por reimplantarla, no ha sido posible salvar la pierna del joven surfista.
Los sanitarios que acudieron al lugar del ataque destacaron la importancia del torniquete realizado por el transeúnte, asegurando que fue esencial para salvar la vida de McKenzie hasta la llegada de los paramédicos.
Un torniquete le salvó la vida
Kirran Mowbray, oficial de operaciones del servicio de ambulancias, elogió la valentía y la rápida reacción de McKenzie: «Tras el ataque, se dio la vuelta, atrapó una ola y alcanzó la playa. Luego, el transeúnte le salvó la vida al hacerle el torniquete». Mowbray también subrayó que McKenzie fue «la única persona que vio al tiburón» y que, tras el ataque, «estaba bastante tranquilo y pudo hablar con nosotros».
En respuesta al incidente, el gobierno de Nueva Gales del Sur decidió cerrar temporalmente la playa. Además, el equipo de tiburones de la región instaló líneas SMART para monitorear y controlar la actividad de tiburones en la zona, con el objetivo de evitar otros ataques.
El tiburón blanco, especialmente el gran tiburón blanco, es una de las especies que más temor causan en Australia debido a sus ataques mortales a humanos. Junto con los cocodrilos, estos animales son responsables de numerosos incidentes. Además, Australia es el segundo país del mundo, después de Estados Unidos, con más ataques de tiburones registrados.
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