Fumata blanca. A tan solo tres días de los Juegos Olímpicos, y tras la llamada del presidente Emmanuel Macron a una «tregua olímpica» en el convulso panorama político del país, este martes la coalición de izquierdas, el Nuevo Frente Popular, ha conseguido llegar a un acuerdo sobre la candidata a primer ministro: la economista Lucie Castets.
Tras detener la mesa de negociaciones por la falta de consenso entre las filas de la izquierda sobre quién debía ser el aspirante perfecto para dirigir el Gobierno, parece que Castets ha conseguido unir de nuevo al Nuevo Frente Popular. La portavoz y cofundadora del colectivo Nos Services Publics de 37 años, consiguió atraer la atención de parte del electorado en 2022, durante un debate televisivo sobre el escándalo McKinsey del antiguo ministro de funciones públicas, Stanislas Guérini. «Perdimos 180.000 funcionarios estatales entre 2006 y 2018, al mismo tiempo que se disparó el uso de empresas consultoras», decía Castets. Desde entonces, la economista ha trabajado en política de manera discreta, desde un segundo plano.
La directora de Presupuestos de París ha sido descrita como una «líder de las luchas asociativas para la defensa y la promoción de los servicios públicos, comprometida activamente en la batalla de ideas contra la jubilación a sus 64 años».
Ahora Castets ha conquistado a la izquierda pero quizás no consiga ganarse a Macron, que es quien tiene la última palabra en esta decisión, y quien pidió una «tregua olímpica» para las próximas semanas. Según el secretario del Partido Comunista, Fabien Roussel, Castets es la candidata perfecta capaz de «responder a las emergencias sociales y ecológicas». En una entrevista concedida a la Agencia France-Presse (AFP) y difundida la misma tarde del martes, Lucie Castets afirma que desea llevar adelante «la derogación de la reforma de las pensiones», punto básico para la coalición de izquierdas pero innegociable para el presidente francés.
Una victoria para la izquierda que llega in extremis al plazo que habían marcado los socialistas. El Partido Socialista había puesto una fecha límite para llegar a un acuerdo sobre un candidato: el 23 de julio. Llegada esa fecha, si las izquierdas no conseguían ponerse de acuerdo, los socialistas habían amenazado con romper la coalición del Nuevo Frente Popular. Mientras tanto, empiezan a surgir las primeras reacciones, como las de la líder ecologista, Marine Tondelier: «Validado por consenso de nuestros cuatro partidos políticos. Próximo paso: Macron debe reconocer el resultado electoral y nombrarla».